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06/12/2007
Columna de opinión

Ateneo... A ocho días de la quema la noticia es que no existen culpables


marcha (32k image)Las últimas informaciones dicen que la Justicia estaría tras los pasos de dos personas que podrían ser los responsables de la quema del centro educativo...


Sin embargo e independientemente del descubrimiento o no de este delito existen cosas por mejorar
Las preguntas que se deben estar haciendo el gobernador electo Daniel Scioli y parte de su equipo de gobierno, sobre un tema candente en territorio bonaerense como es la inseguridad, seguramente son ¿El sistema judicial policial en la provincia Buenos Aires funciona correctamente? y ¿Como se puede optimizar el mismo?.


En nuestra “patria chica” tenemos un ejemplo emblemático: la quema intencional del Centro de Educación Física y la cantina de la Cooperadora del Instituto Monseñor Miguel De Andrea. El hecho golpeó fuertemente a nuestra comunidad y en pocos minutos se borraron 17 años de historia de un centro educacional.


Sin embargo, cada jornada existen otros hechos denunciados que aunque parezcan a veces sin importancia golpean el bolsillo del trabajador, como es el robo de una bicicleta, un stereo, un televisor, herramientas etc.


En los dos últimos años se “evaporaron” de nuestra ciudad más de un millar de bicicletas, y el sistema de Seguridad ( Justicia + Policía) que cuesta varios centenares de miles de pesos al año al Estado Provincial y Municipal, no pudo desbaratar a las bandas que operan en este “palo”.


La sociedad no solamente paga por los daños económicos y afectivos que le causan los ladrones e inadaptados, y además por aquellos que deben descubrir a los autores del atentado y no lo hacen.
En el presente hay Juez de Garantías, Fiscal, Instructor Judicial, Ayudantes, Secretarios, empleados, policías de prevención, policías de investigación, policías de inteligencia, peritos dactilares, balísticos, Bomberos Voluntarios de San Nicolás que realizan las pericias en caso de incendio, patrulleros, medios de comunicación tecnología de últimas generación… y los culpables en muchos casos… siguen sueltos.
Cualquier persona que con sentido común se ponga a pensar sin hacer una hipótesis y desarrollar un teorema llega a la conclusión ¡Algo está fallando!.


En el anterior sistema ( antes de l998) cuando ocurría semejante desfasaje, entre los hechos que se cometían y los que se descubrían, el que se iba con la “cabeza gacha” era el Comisario. Se lo cambiaba de destino y se alegaba “razones de la superioridad”. Eso descomprimía la situación… pero no servía.


En la actualidad nadie parece hacerse cargo de los fracasos, y los controles para hacer eficiente el sistema (no estamos hablando de cursos), brillan por su ausencia o simplemente el pueblo ( nos incluimos los periodistas) no los conocemos.


Cada año se devuelven miles de causas del sistema judicial a las víctimas que pasan a archivo. La eficacia de los métodos para descubrir a los delincuentes es bajisimo.


Pero todo sigue igual y el ciudadano común siente que esta desprotegido, y más indefenso que nunca.
Más allá que nadie está conforme con su sueldo porque siempre se pretende más, nadie puede decir en el actual sistema que está mal pago. Al contrario ganan varias veces más que un obrero común y tienen todos los elementos para trabajar.


En el caso de Ateneo, puede no haber testigos, huellas de pisadas y dactilares (cosa que dudamos), pero en un ciudad chica, y cuando actúan más de dos personas existe un natural “ruido”, sobre quienes fueron los autores del atentado. Es la punta del ovillo para lograr detener a los culpables.


Sin embargo el “rumor” se debe descodificar y luego reunir las pruebas. Para lograrlo los viejos policías decían se debe tener las zapatillas puestas o los zapatos embarrados.


El último ejemplo que vamos a poner es que este semanario puede ser bueno, regular o malo en su contenido, pero cada uno de los que trabajamos, ponemos lo mejor de si. Lo máximo en la parte intelectual y física. Por eso estamos tranquilos. Siempre damos todo lo que podemos. Esperamos que los que tengan que descubrir a los inadaptados digan lo mismo.


Para terminar, lo notable de este hecho al cual no se puede describir con palabras, es que tres o cuatro muchacho- nes, sin demasiadas luces para cubrir el delito, le “ganen” al sistema. Es el comienzo de más inseguridad. Dios nos ampare.


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