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21/11/2007
Abuso infantil

Un nuevo caso en Colón


En ediciones pasadas alertábamos que existe un aumento de casos de abuso infantil. El Juzgado de Garantías Nº 2 ordenó la detención de un individuo que tuvo acceso carnal con una nena...


En Colón por orden judicial se ordenó la detención de una persona la cual había tenido acceso carnal con una nena. El acusado que identificaremos hasta que se pruebe la situación como (M) ya declara ante la justicia. Según trascendió en la causa judicial abierta habría pericias médicas y sicológicas. Este caso se agrega a dos situaciones similares donde estaría involucrados familiares cercanos.


Los casos


Un alto índice de denuncias son hechas por los maestros, que son quienes pasan muchas horas junto al menor y los docentes están por ley obligados a hacerlo, y que es muy importante saber que podemos pedir asesoramiento sobre la temática, como así también realizar la denuncia anónimamente.


En el primer semestre de 2007 se recibieron sólo en las diferentes delegaciones de la Comisaría de la Mujer y la Familia denuncias sobre el abuso sexual de 613 menores: es decir, unas tres por día. Sin embargo, según estadísticas internacionales, se denuncia apenas el 10 por ciento de los casos


Pese a esta cifra, los profesionales de la Salud destacan el incremento de las denuncias y, en parte, se lo atribuyen a la mayor información, a la influencia de los medios, a las condenas de la Justicia y al trabajo de equipos que abordan el tema.
El número de denuncias que se hacen es preocupante: de 500 casos sólo se denuncian 50, o sea que tan sólo el 10% de las víctimas las hace.


El tema no tiene demasiada repercusión en la sociedad porque es una cuestión de mucha intimidad por la vergüenza social que implica dar a la luz el hecho de abuso sexual, pero si el abusador no es detenido sigue siendo un potencial violador. Los grandes son los conspiradores y suelen ser el silencio, el temor a la reacción del entorno, la culpa, creyendo que -algo tuvimos que ver- para que esto ocurriera.


Esto hace que suelan ocurrir lapsos prolongados entre la comisión del delito y su exteriorización, por tanto, en gran porcentaje de casos recién ocurre cuando hay múltiples reiteraciones o reacciones que no pueden ocultarse, como lesiones visibles o embarazos producto de una violación.


La primera respuesta al interrogante es sin lugar a dudas educar, porque sólo mediante la educación se vencerá el primer obstáculo y esto es, que la víctima comunique lo ocurrido a su núcleo más confiable, que lamentablemente no siempre coincide con los familiares más próximos.


El abuso puede provenir del padre biológico, padrastro, tío, primos o de amigos de la familia, quienes en general son los actores del delito de violación, pero siempre existe la convivencia de la madre o los hermanos mayores. Por distintas situaciones que pueden ser económicas, de ignorancia o de conveniencia, por lo cual se produce una especie de complot donde la madre biológica no sabe o no quiere saber.


La estrategia del abusador es la amenaza de muerte por el mantenimiento del «secreto».
El niño/a que es presa del abusador es el que no sabe sobre sexualidad y que no ha podido recibir una clara información de sus padres.


Lo importante siempre es hacerle saber que no es culpable de lo que sucedió.
El abuso sexual es una situación que se va dando paulatinamente a través de la seducción, y el poder que ejerce el adulto sobre la niña/o, donde la criatura se encuentra entrampada entre el temor de ser castigada y la vergüenza de convertirse en cómplice.


Comienza como un juego secreto, donde se intercambian contactos físicos del cual el adulto va ganando la confianza necesaria hasta desarmar toda resistencia del menor, donde el pacto del silencio lo deja sin escapatoria y con la responsabilidad y la culpa de haber sido vencido/a.


En algunos casos la víctima acepta el abuso para proteger a sus hermanos/as del mismo destino, y por temor a las consecuencias familiares en caso de denunciar al abusador. Los niños/as tienen miedo de enfrentar su palabra contra la de su padre.


En los casos en que rompen el pacto de silencio y acuden a sus madres y no encuentran el apoyo y la comprensión de la situación, el daño se agrava por el sentimiento de desamparo, por ese motivo de sentirse solo y sin ayuda muchos abandonan el seno familiar para transformarse en un nuevo chico/a de la calle o llegar al suicidio.


A raíz de la nueva Ley de Protección Integral de Derechos para la Niñez y Adolescencia implementada por el gobierno provincial, los municipios deberán efectuar el seguimiento de casos, con asistentes sociales a su cargo, y será responsabilidad de los funcionarios públicos la asistencia y presentación de las denuncias. A partir de allí el equipo técnico propondrá las políticas de intervención con la familia para solucionar la vulneración de derechos.


Algo muy importante para tener en cuenta es que antes de prestar declaración de lo sucedido, el chico debe ser evaluado por un equipo interdisciplinario (médico forense, psicólogo y una asistente social), para ver si la narración del hecho no va a agudizar más el trastorno psicológico que le produjo semejante situación.


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