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01/11/2007
Violación de menores

En los últimos tiempos hubo varias denuncias


Se pide un tratamiento expeditivo de la Justicia. Los menores son las víctimas y están indefensos. Ante todo se los debe resguardar de los abusadores...


Estamos seguros que el sector más despro- tegido de nuestra sociedad son los niños abusados o violados. ¿Irresolución de la justicia? ¿Falta de mecanismos para proteger a los niños? ¿Sospechas de los funcionarios actuantes que las denuncias no son verdad? ¿Ineptitud en los funcionarios que deben intervenir?. Tal vez una mezcla de todos ellas.


En nuestra ciudad y por datos que fuimos reuniendo se produjo un grave episodio y que nos puede ejemplificar la lentitud de los órganos que deben actuar.


Un padre sospecha que un individuo que forma pareja con su ex esposa estaría abusando sexualmente de la niña. Recurre a la Justicia. La respuesta tarda. El denunciante habría atacado al presunto abusador causándoles lesiones. No ocurre una tragedia porque Díos puso la mano. Es un grave episodio que muestra la falta de contención y de reflejos rápidos de un Estado.


Los recursos económicos están, entonces la pregunta es ¿Existe material humano a la altura de las circunstancias que nos toca vivir? Los ejemplos sobran. Hace tres años en una casa ocurre reiteradamente la violación de una nena de 11 años. El principal acusado es el padrastro y según consta en la causa judicial la desfachatez no tiene límites. En un momento el violador lástima a la nena y la habría llevado en un remis a curar las lesiones causadas a la nena a un médico de Pergamino. El abusador fue condenado pero al poco tiempo volvió a la casa y convivió con la nena. Un hecho fortuito y aislado de la violación hizo que fuera a parar nuevamente a la cárcel.


Hace pocas semanas el hermano de una adolescente de 14 años, denunció que su abuelo mantenía relaciones sexuales con la pequeña. Hubo denuncia, discusiones en la casa, que casi terminan en forma trágica. Sin embargo y por las versiones que tenemos en la actualidad abusador y abusada comparten el mismo techo. Hace seis años Colón Doce denunció un caso de violación de una nena de ocho años. La historia figuraba en documentación donde habían actuado profesionales. El tema era tan doloroso que intervino un Concejal. El abusador de la nena era el propio hermano.


El caso quedó irresuelto y la nena debió convivir más de tres años en la misma casa con el victimario hasta que el abusador falleció. Son historias que nos preocupan y que nos indican a simple vistas que muchos funcionarios en la justicia deben embarrase un poco más los zapatos o gastar la suela de los mismos. Hay casos que no podemos decir ¡Faltan recursos! ¡La policía no previene! ¡No existen pruebas contundentes!


Los casos


En los casos de abuso sexual y violaciones a menores los especialistas todavía no pudieron determinar por qué se produce este fenómeno. En muchas ocasiones los padres ocultan el problema a los médicos. Chicas de entre 3 y 11 años, son quienes más sufren por estos delitos.
Según estadísticas sobre maltrato infantil, las víctimas más frecuentes son nenas de entre 3 y 11 años y en casi todos los casos el victimario es el padre u otro familiar conviviente.


Es por eso que la mayoría de las veces los casos de abuso sexual suelen permanecer en secreto dentro de cuatro paredes macabras. Porque, quién protege a los chicos ultrajados, cuando el abusador o el violador está en la casa. La denuncia no es una opción, es un deber. Están obligados a denunciar el abuso sexual los representantes legales de la víctima, el ministerio público, los hospitales y las escuelas -privados o públicos-, los profesionales de la salud y todo funcionario público. Inclusive, el chiquito victimizado puede recurrir directamente al ministerio público.


¿Se puede actuar de oficio?


Los especialistas consultados dicen que hay que des- mitificar el miedo a denunciar los casos de abuso sexual y hacer la presentación cuando existe sospecha, ya que no es necesario tener certezas. Para evitar que el chico siga siendo abusado en la propia casa, la denuncia en el fuero civil es clave. Para no generar enfrentamientos, el juez hace excluir al abusador de la casa cuando no está el resto de la familia. O impide el acceso a la vivienda del sospechoso sin que llegue a tener contacto con el chico o la madre de la criatura. En casos extremos cuando no hay colaboración de la familia, el niño en riesgo es trasladado a un instituto o un hogar para menores.


El tratamiento


Si el chiquito tiene síntomas como dolor genital, cefaleas intensas, trastornos de la conducta o sueño, que hace pensar que fue abusado, el médico tiene la obligación de indagar y considerar como posible un abuso sexual infantil y si llega un niño con un abuso confirmado hay que hacer una entrevista médica, un examen clínico y otro ginecológico. Si es posible con registro fotográfico para evitar el reexamen cuando el caso sea tratado por la Justicia.


Después hay que determinar si hay enfermedades de transmisión sexual, HIV y hepatitis B. Como es difícil que aparezcan certezas de abuso en los exámenes físicos, cuando hay sospecha, son clave los indicadores psicológicos y la entrevista con el niño a solas.


Los chicos empiezan a tener miedo de ir a la cama y tienen pesadillas, suelen hacerse pis o caca encima, tienen arranques rebeldes, preguntan por temas sexuales impropios para la edad. También pueden expresar temores a determinados lugares o personas y no querer estar solos con cierta gente. Cuando son más grandes algunos se fugan de su hogar.



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