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05/07/2007
El aborto en el tapete

Las dos campanas de una misma problemática


Luego de que se aprobara el protocolo para que se realicen abortos en los hospitales públicos se disparó la polémica. Colón Doce publica los dos pensamientos...



(DIB) En sector relacionado con la Iglesia Católica impugnó el protocolo del Ministerio de Salud bonaerense que indica cómo deben actuar los médicos frente a casos de pedidos de aborto que no son penados por la ley. Se trata del primer documento en el país que facilita la práctica de aborto en hospitales públicos.


La impugnación fue presentada por dos médicos del Instituto de Investigaciones Biológicas para la Defensa de la Vida de la Universidad Católica de La Plata (UCALP), que consideran que el protocolo para el aborto es “inconstitucional” y piensan dar un segundo paso en la Justicia en lo Contencioso Administrativo o directamente en la Suprema Corte bonaerense.


El primer paso para frenar el protocolo que permite realizar los abortos a mujeres violadas sin esperar los larguísimos tiempos judiciales fue dirigido directamente al Ministerio de Salud. Pero el ministro Claudio Mate aseguró que no piensa responder el pedido de impugnación y desafió “en todo caso lo lleven a la Justicia”.


El año pasado murieron en la provincia de Buenos Aires 93 mujeres por causas relacionadas con el embarazo: un 41 por ciento más en 2005. Otro dato alarmante es que también aumentaron en ese lapso y dentro de ese total de muertes las que fueron causadas por abortos.
Con todo, Chinda Brandolino, médica y presidenta del Instituto para la Defensa de la Vida de la UCALP, asegura que las cifras de muertes en casos de aborto son “magnificadas” por los organismos oficiales.


La Impugnación


Pocos días después del pedido de impugnación al protocolo, el arzobispo platense, Monseñor Héctor Aguer, publicó en un medio de La Plata una columna editorial –titulada “Permiso para matar”- donde dice que “la mentalidad abortista crece bajo el amparo oficial”.
En la misma línea está el pedido de impugnación presentado por los médicos. En 41 páginas y sin recurrir a argumentos religiosos sostienen que el protocolo permite realizar lo que las leyes niegan.


Uno de los fundamentos al que más recurren es que el protocolo “modifica interpretativamente el Código Penal” al tomar el concepto de salud de la OMS y considerar el daño psíquico en una violación.
Entre las leyes que, según denuncian, viola este protocolo citan el artículo 19 de la Constitución en el que se dice que corresponde al Congreso “proveer al poblamiento de su territorio”. Desde este punto de vista, el aborto estaría en contra de ese principio.


Otro de los puntos salientes de la impugnación es el que asegura que el protocolo contradice el Programa de Salud Reproductiva y Procreación Responsable porque un artículo del programa dice que “no se instru- mentará al servicio de políticas de control demográfico”. Es que en este punto afirman que reglamentar los abortos no punibles “es estar al servicio de intereses extranjeros”. Hablan de la conocida teoría de la Doctrina de Seguridad Demográfica: en resumen, que los ricos boicotean el desarrollo de los pobres para apoderarse de sus recursos.
El ministro Claudio Mate aseguró “soy el primer activista en contra del aborto” y desafió a quienes impugnaron el protocolo a sumarse a que “nos acompañen en esta cruzada contra el aborto con educación sexual y repartiendo preservativos”.


En cuanto a los aspectos legales, la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), María José Lubertino, aseveró que los argumentos del Instituto de Investigaciones Biológicas para la Defensa de la Vida “no tienen en cuenta que las mujeres son titulares de los mismos derechos que ellos le adjudican al feto”.
Y aseveró que “no existe norma alguna en todo nuestro ordenamiento jurídico que indique que deba pedirse autorización judicial para realizar un aborto no punible contemplado dentro del artículo 86 del Código Penal”. Justamente el protocolo bonaerense apunta a que los médicos apliquen este artículo sin judicializar un caso.


Más allá de la salud física


Lo más novedoso del protocolo bonaerense es la inclusión de la definición de salud de la OMS: “estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente ausencia de enfermedad”. La inclusión de estas palabras son las que permiten en los hospitales bonaerenses que el aborto se realice en mayor cantidad de casos contempla: la pobreza, el cáncer, las violaciones a menores o a cualquier mujer que quede afectada psíquicamente. Sólo en la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires existen protocolos similares.
El protocolo bonaerense fue aprobado luego de dos casos con un gran tratamiento mediático:
la chica discapacitada de Guernica y el caso conocido como M.V, una menor marplatense violada y embarazada por su padrastro.


En concreto, el protocolo establece que no se requiere autorización judicial en las situaciones contempladas en el artículo 86 incisos 1 y 2 del Código Penal.
Allí se establece que no es punible el aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta (o su representante legal en caso de discapacidad) “si se ha realizado con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre”.


Acá es donde amplía las posibilidades. En 1922 cuando comenzó a aplicarse este artículo el término “salud” sólo se tenía en cuenta en su acepción física, hoy incluye lo social y mental.
El protocolo exige la conformación de un comité de bioética que se ocupe de abordar estos casos y que tiene un plazo de cinco días para expedirse sobre la necesidad de la práctica abortiva


GRAVIDA Colón pelea por el derecho a nacer


Mientras nuevos casos de profundo dolor son presentados ante la opinión pública a modo de encender el debate sobre el aborto como «solución» al sufrimiento que padecen muchas mujeres embarazadas, la ayuda ante estas situaciones crece y se hace cada vez más efectiva en diferentes comunidades del país, con un claro y contundente testimonio de que las «soluciones de ayuda a la vida son posibles» tanto para la madre como para el niño en gestación.sí lo expresan los responsables de GRAVIDA, Centro de Asistencia a la Vida Naciente, que desde hace diecisiete años impulsa diferentes formas de ayuda a las embarazadas en situaciones de extrema dificultad y en riesgo con su embarazo.


Se trata de una Institución eclesial dedicada a la asistencia de las madres en conflicto, que defiende la vida desde el momento de la concepción, ante cualquier circunstancia y, ante todo, frente a la opción del aborto. Mediante un programa de formación que capacita voluntarios y reúne a equipos profesionales interdisciplinarios, esta propuesta crece con la aprobación, el apoyo y bajo la orientación de sus pastores, obispos y sacerdotes.


Desde su sede central en la ciudad de San Pedro, provincia de Buenos Aires, donde se llevan a cabo diferentes programas de atención y formación para el fortalecimiento de la maternidad y el cuidado de la vida del niño desde el seno materno, esta modalidad de ayuda y acompañamiento a las situaciones críticas que atraviesan muchas mamás embarazadas, se fue extendiendo a quince localidades del país, brindando servicios en las ciudades de Santa Fe, Rosario, Venado Tuerto, Paraná, Diamante, Buenos Aires, San Isidro, San Pedro, Ramallo, San Nicolás, Pergamino, Arrecifes, Colón, San Carlos de Bariloche, San Miguel de Tucumán, San Fernando del Valle de Catamarca y La Plata.


GRAVIDA encuentra su fundamento en el amor incondicional a toda vida humana y el respeto al primero y fundamental derecho humano: a nacer y vivir con dignidad. El cuidado y la promoción de la vida, centrados en la madre y en el niño, se ofrecen en una propuesta de amor y de acompañamiento humano comprometido, que propicia espacios de encuentro, escucha y contención para acoger a la mujer embarazada cualquiera sea su situación, interactuando con toda la red social de ayuda comunitaria comprometida en la búsqueda de soluciones humanitarias a las problemáticas cada vez más complejas que se presentan, provenientes particularmente de los sectores más desprotegidos.


Numerosas son las problemáticas que se conjugan en los casos que se asisten a diario en los centros de ayuda en los que, lejos de buscar soluciones de muerte, asumen el desafío de despertar y reactivar propuestas de ayuda que velen por la vida, contribuyendo al reconocimiento y valorización personal de cada ser humano.


Se asiste y acompaña a madres embarazadas con diferentes discapacidades o con problemáticas de alta complejidad socio-familiar, al tiempo que se promueve y estimula su valorización personal y su capacidad de amar, para un cuidado responsable de sus propias vidas y la de sus hijos. Diferentes formas de ayuda se suman e integran para su abordaje, como hogares maternos y de tránsito, familias tutoras y adoptivas con la mediación de juzgados, organismos públicos, centros de atención de adicciones y violencia familiar, talleres de protección para personas con capacidades especiales y centros de salud.


El programa «Cuidando al bebé desde la Panza» dirigido a adolescentes y jóvenes, embarazadas y madres, confirma la adhesión a la vida de sus hijos de aquellas mamás que recibieron apoyo y fueron contenidas. De 109 madres atendidas en los talleres de gestación, un 46 % llegaron pensando en no tener a su bebé, sin embargo todas continuaron adelante con su embarazo y hoy son agentes multiplicadoras entre sus pares «para cuidar de la vida y aprender a ser mamás».


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