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24/05/2007
La realidad del fútbol

La crisis en River tuvo un principio pero no un fin


Por Gonzalo Calvigioni. “El más grande sigue siendo River Plate, el campeón mas poderoso de la historia…”, así arranca el himno de la institución de Nuñez. En la actualidad, lejos está de serlo, por todo lo que atraviesa...


La violencia es moneda común en River. Pero todo es un proceso y si el mismo fracasa, en la mayoría de los casos, culmina con la ira de los hinchas. No hay que confundirse ya que esto arrastra más de cinco años. José María Aguilar fue elegido por los socios en el año 2001.


Una de las decisiones del flamante presidente fue no renovarle el contrato a Ramón Díaz, a pesar de que el riojano había salido campeón. Ningún socio, hincha o barra insultó y rompió vidrios, pidiendo que se quede el técnico más ganador de la historia de Nuñez. Desde ese momento River comenzó un camino sinuoso con un solo título local logrado por Leonardo Astrada, en el año 2004, quién renunció al cargo por malos resultados.


Un ídolo para el pueblo millonario que se fue por la puerta de atrás, tras ser goleado por el modesto Banfield. Los dirigentes rápidamente, contrataron a Reinaldo Merlo, otro ídolo del club, que estuvo un torneo y en plena pretemporada, fue víctima de un “golpe de estado” de parte de sus jugadores, que tuvieron a Marcelo Gallardo como primer abanderado.


La imagen de otro ídolo se manchó y “Mostaza” decidió renunciar al cargo. El barco siguió a la deriva, sin rumbo fijo y el socio, nuevamente, decidió que el capitán este al mando por cuatro años mas. Aguilar fue reelegido hasta el 2009. Con el consenso de los hinchas, Passarella retornó tras su paso en la década del ’90, donde obtuvo tres títulos como entrenador. Otro ídolo se hizo cargo del plantel pero lejos estuvo de ser el de antes ya que disputó seis torneos y en ninguno peleó una definición. Además hay que sumarle que cada vez que sale fuera de las fronteras, realiza un papelón, como quedar eliminado en primera ronda de Copa Libertadores a manos de un equipo venezolano y en octavos de final de Copa Sudamericana.


El club realizó compras millonarias para este semestre por 25 millones de dólares, en jugadores de poca jerarquía, tales los casos de Marcelo Ojeda, Cristian Villagra, Nelson Rivas, Marco Ruben y Fernando Belluschi, un jugador que en el verano para la prensa capitalina era un fenómeno y excepcional pero que es solo un jugador con buena pegada de lejos, algo de técnica pero que no puede ser líder de un equipo ya que desaparece mas de lo que aparece. Es cierto que River tuvo muchos lesionados en los dos torneos pero también es verdad que suma 26 unidades, la misma cantidad que Arsenal que cuenta con un plantel reducido y con jugadores con sueldos humildes, en comparación con los de Nuñez.


Pero los malos resultados y la ausencia de títulos no le dan derecho a los socios e hinchas a ser violentos con Passarella, quien puede equivocarse, pero es y fue otro ídolo de la institución y logró varios campeonatos como jugador. Fue el “Gran Capitán” y no se merece irse custodiado por la policía del estadio como un delincuente. Sin dudas muchos de los que producen roturas de vidrios e incidentes en el estadio saben que están siendo filmados por muchos canales y buscan salir en cámara. ¿O acaso se olvidan que River estuvo sin salir campeón durante 18 años?


La diferencia es en que la televisión no ocupaba un lugar protagonista en la gente. Por último hay que referirse a los barra bravas denominados “Borrachos del Tablón”, quienes no les interesa la camiseta o que resultado obtiene el equipo sino que buscan el rédito económico de ellos. La pelea interna por el poder parece no tener fin pero también es culpa de todos los que de cierta forma “alimentan” a estos personajes. Al ingresar a la tribuna, la mayoría de la gente ubicada en la popular y platea, en familia o solos, los recibe con aplausos y una canción hecha para ellos en donde se los alaba. El presidente José María Aguilar pide el derecho de admisión para que no ingresen al estadio pero no hace autocrítica de que muchos de ellos habrían sido empleados del club.


La violencia desatada por la pelea de los “profesionales del aliento” hizo que el Monumental se haya suspendido por tres fechas y que ahora sea nuevamente sancionado con dos.


En el medio de esto el estadio fue alquilado para un rally de autos, lo que originó el deterioro del césped. ¿Se imaginan el Olímpico de Roma lleno de autos saltando rampas? Siempre que llovió paró. El verdadero hincha, socio y simpatizante millonario sin dudas quiere volver a escuchar …“ el más grande sigue siendo River Plate, y será aún mas grande en el mañana, por el juego, por las ganas y el orgullo de tener una banda roja que nos cruza el alma….”


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