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12/04/2007
Una historia sin final

La trata de blancas con adolescentes


Los casos se esparcen en nuestra zona. Catorce adolescentes liberadas en Pergamino. El último eslabón de una cadena de acontecimientos que involucra a varias ciudades y que aumentó en los últimos años.
La noticia de las catorce jóvenes paraguayas de entre 15 y 17 años que fueron liberadas de un burdel pergaminense por efectivos de Gendarmería Nacional y por orden el juez Federal en lo Criminal y Correccional de Posadas, Ramón Claudio Chávez, tiene una gravedad sin precedentes en la región...


El resultado del operativo es un eslabón más en una larga cadena de acontecimientos que de una vez por todas se debe “cortar” al juntar todas las causas judiciales que involucran a la problemática e investigarlas en forma conjunta con el objetivo de desbaratar a los verdaderos “pulpos” de las mafias que lucran con la “trata de blancas” y que están detrás de las bambalinas de los cientos de cabarets que pululan en nuestro país.
Las preguntas son muchas a igual que las sospechas. El sentido común nos indica que existe una gran organización de “trata de blancas” cuyos tentáculos se extienden por la Zona Sexta de la Capital de Mendoza, la periferia de la vieja terminal de Tucumán, la calle Mitre de Rosario, las adyacencias de la terminal de Santa Fe, la calle San Jerónimo de Córdoba, las decenas de cabarets en pueblos de la provincia de Santa Fe -entre otros lugares-


En el caso de Pergamino, la investigación comenzó por una denuncia realizada ante el juez misionero del Dr. Claudio Chavez y que dio intervención a través de un exhorto al Juzgado Federal a cargode Carlos Villafuerte Ruso con jurisdicción en Pergamino.
Cabe destacar que el delito de «trata de blancas» es de competencia Federal y en este caso la justicia se movió con rapidez y precisión.
Las versiones son muchas. Una fuente oficiosa incluso indicó que el cambio del Jefe de la Departamental Pergamino, tendría que ver con el procedimiento que iba a realizar Gendarmería Nacional . El tema era muy evidente. Un burdel, ubicado en la Ruta 8, no podría tener catorce adolescentes en la clandestinidad y la policía bonaerense no tener información. El “castigo” habría llegado antes del procedimiento ocurriera porque seguramente después el “escarnio” para el policía habría sido aún peor. Sin embargo, todos los responsables de que ocurriera esta “secuestro masivo” de adolescentes no han realizado el “mea culpa”.


El Spartakus
pergaminense


El operativo de Gendarmeria Nacional se realizó en Spartakus, ubicado en Ruta 8, y José Hernández (cercano a Ruta 188). Un lugar visible para cualquier pergaminense. En el cabaret los pesquisas secuestraron un revólver calibre 38 y una docena de certificados de buena salud, supuestamente pertenecientes a la Municipalidad de Pergamino.
Según precisaron fuentes del Ministerio del Interior de la Nación, cartera desde la que se desarrolla el programa «Las Víctimas contra las Violencias», en el lugar fueron halladas catorce jóvenes oriundas de Paraguay, todas menores de edad, quienes eran obligadas a trabajar como prostitutas. La edad de las mujeres oscilaba entre los 15 y los 17 años y ninguna tenía documentación que acreditara la forma en la que habían llegado hasta la vecina localidad.
El programa «Las Víctimas contra las Violencias» del Ministerio del Interior está a cargo de la licenciada en psicología y asistencia social Eva Giberti y se encarga de trabajar contra la explotación sexual de niños en el país.

La promotora de galletitas


No fue la única voz de alarma que una poderosa banda de «trata de blancas» actuaría en la región. El 21 de setiembre de 2006, al Hospital Alberdi de Rosario llegó una mujer de 21 años quien a los médicos que la atendían, les señalaba «que la habían secuestrado y obligado a prostituirse durante seis meses en varios burdeles de la periferia de Rosario y Pergamino».
La joven mujer con posterioridad señaló al personal del Centro de Atención a la Víctima de Delitos Sexuales que hasta el mes de marzo había trabajado como promotora de una empresa de galletitas.


La víctima cuando se encontraba en esas tarea, recorriendo la ciudad de Rosario, fue interceptada por dos hombres y a plena luz la secuestraron Los malvivientes, la subieron por la fuerza a un auto y la llevaron a la localidad de Pergamino, en donde fue obligada a prostituirse en un bar nocturno. En ese lugar estuvo aproximadamente un mes. Su realidad estaba coartada «por tipos con fierros que la vigilaban constantemente», según contó. La historia del cautiverio continuó en cabarets de San Lorenzo, donde las condiciones de detención fueron similares a su estadía en Pergamino. En esta ciudad dos “clientes” la ayudaron a escapar.


Otros casos


En el sur de Santa Fe y muy cerca de Colón hay varios cabarets. En su inmensa mayoría la organización sería la siguiente: Se abre un local y los encargados de proveer las mujeres, irían a un tanto por ciento con los propietarios . La organización de “trata de blancas” procede a dejar a “comisión” un número determinado de mujeres ( según el mercado), las cuales deben trabajar con “cama adentro” durante aproximadamente un mes. Pasado ese tiempo y para renovar “el negocio” llega el “relevo” de otras mujeres. El sistema de rotación es constante, debiendo estar involucradas más de dos centenares de presuntas trabajadoras de la vida.

El suicidio


En el año 2006, en un burdel de Villa Cañas, una menor de edad de apenas 16 años, tomó la trágica determinación de quitarse la vida. La joven término su “infierno en la tierra” ahorcándose en el ámbito de una precaria vivienda que hacía las veces de prostíbulo. Es hipócrita pensar que en una localidad de estas características, la policía y las autoridades políticas, ignoren el funcionamiento de estos burdeles y hasta quien son los propietarios y quienes trabajan como prostitutas.


El asombro en este episodio no tiene límites, porque además en el mismo lugar trabajaba otra menor de 14 años que era hermana de la fallecida. Las adolescentes eran oriundas de Oberá, Misiones y habían sido traídas a Villa Cañas mediante un engaño que les indicaba que iban a trabajar en una casa de familia. El lugar donde habitaban las hermanas secuestradas era muy precario, sin agua y sin energía eléctrica.
No es el único caso. En el año 2004, la policía descubrió un prostibulo en Venado Tuerto que trabajaba con menores de edad que eran traídas (o casualidad) de la provincia de Misiones. Las condiciones de vida de las adolescentes eran infrahumanas.


El asombro no tiene límites. Meses después la Agrupación de Unidades Especiales de Santa Fe, realizó allana- mientos en dos cabarets de la misma ciudad y donde se encontraron cuatro menores.
El operativo se produjo en los locales nocturnos «Star Three» y «Desvelo”, en este último se encontraron dos adolescentes de 16 años, oriundas de la ciudad de Santa Fe. Sin embargo y a igual que recientemente se encontrara en Spartakus de Pergamino, en el cabaret “Star Three” habían trabajado dos adolescentes de nacionalidad paraguaya y que apenas tenían 15 años de edad.
A las chicas se les daba de comer una vez al día para que no engorden y les puedan servir a los propietarios. Aparentemente estaban secuestradas y habían sido traídas mediante engaños. Otro eslabón de esta cadena se protagonizó en la localidad de Barranquitas. Los policías de moralidad hicieron un allanamiento buscando a la chica entrerriana desaparecida, Fernanda Aguirre. En el lugar encontraron una chica de 15 años. La adolescente señaló que poco tiempo antes se había escapado de un prostibulo ubicado en la localidad de Arrecifes.


En Colón


En Colón, hace cinco años se instaló un cabaret clandestino en la Ruta que debió ser cerrado por una nota realizada por este diario. Las versiones de algunos otros lugares que funcionaron son muchas. En algunos casos se indicaba que habrín trabajado menores oriundas de Colón.
Por otro lado, el caso mas impactante fue el de una “mujer de la vida” que declaró que fue llevada en una camioneta 4x4, color blanca, a presenciar como mataban a “King Kong” Espindola. El homicidio quedó en la nebulosa. Sin embargo se comprobó que una prostituta presuntamente fugada de un cabaret cercano a Colón, había sido escondida por el colo- nense asesinado.
La misma versión indicaba que dos paraguayas “caídas” (escapadas de los cabarets) habían llegado a Colón y que habían alquilado una casa en calle 23 y 38. Luego se habrían ido de la ciudad. La huida de la mujer que protegió King Kong, habría sido la gota que rebalsó el vaso.


Panzones, firules y madamas


En Género y Prostitución de Peyrano, Cristina Solian dice sobre el origen de la prostitución: “Este aluvión inmigratorio, concentrado fundamentalmente en el litoral, trajo aparejado el “tráfico del sexo” y el surgimiento y auge de la prostitución que afectó no solo a las ciudades portuarias como lo fue Rosario entre otras, sino también al interior de la provincia de Santa Fe como a los pueblos de Peyrano, Santa Teresa, Máximo Paz, Acebal, entre otros que integran la zona que nos distinguió alguna vez como “granero del mundo”. Y es en Peyrano, localidad del sur santafesino, sobre el Arroyo del Medio, fundada en 1891, donde se focaliza el presente estudio, cuyo objetivo es conocer el ambiente de las casas de tolerancia de Peyrano en las primeras décadas del siglo (1900-1930) y el rol de la mujer, llámese “pupila”, “prostituta”, “pensionista”, “madama”, “patrona” o “geren ta”, en ese medio prostibulario y en la reglamentación del mismo. Sobre los términos usados, la autora del estudio, basándose en documentos escritos indica:


“También cafishio, rufián son términos que surgen de las charlas con los informantes o caften y hacen referencia, según distintos autores, a un término universalmente conocido, “(...) es el individuo que hace el tráfico de mujeres públicas, su actividad consiste en instalarlas en una casa de tolerancia (...) está en constante búsqueda. Hay que distinguir al ‘caften’ del rufian’, el primero era un empresario y el segundo un pequeño comerciante”. (...) en realidad el rufián es el que vive de las prostitutas, las encuentra, las fiscaliza, usufructúa sus beneficios, es una figura tan antigua como la prostitución misma (...)”. y continua “(...) algunas mujeres tenían sus cafishios que las dejaban en el firule a cargo de la madama, se iban y volvían cada tanto a llevarse los mangos, creo que sabían venir los lunes en el tren, tomaban el auto de alquiler que había en el pueblo para llegar a la casa grande como le decían al firule y que quedaba bien lejos de la estación. A algunas los ´maridos’ las tenían allí a la fuerza y si se querían escapar las agarraban a palos; yo conocí a uno de ésos, vino de Villa Constitución y trajo a la mujer para que trabajara en este prostíbulo, la casa grande, que estaba en la esquina de mi casa, ese tipo jugaba conmigo a las bochas, ¡ése no laburó nunca”
“(...) cuando se les escapaban las muchachas, las agarraban y las traían de nuevo al prostíbulo, les pegaban un palizón, me acuerdo, les pegaban las patronas con una toalla mojada para no dejar marcas, por orden de los cafishios, o sino ellos mismos lo hacían, (...) la actividad de éstos era perseguida por la cana, pero ¡hacían la vista gorda, o le tirarían unos mangos!(...) ”


“(...) esos cafishios se ponían como locos cuando se les piantaba la mujer, ¡claro!, perdían su ‘fuente de vida’, casi todos eran amigos de la cana y a veces le tiraban unos mangos para que se las encuentre o para que les bata cuando algún hombre del pueblo empezaba a rondarle a su mujer y entonces el cafishio la cambiaba al prostíbulo de otro pueblo. (...) les decían panzones a estos tipos porque no hacían nada más que criar panza, iban bien vestidos, bien perfumados, acá en Peyrano hubo uno que era cafishio, era un primo mío, él vivía de eso, del laburo de las mujeres, también tenía una cancha de bochas y una casa de juego acá en Peyrano, ahí tenía también algunas minas a las que hacía trabajar y se quedaba con la guita. Era muy conocido en todo el Departamento Constitución y traía mujeres de los otros pueblos, hacía intercambio. (...) terminó pegándole un tiro a una mujer que se le fue con otro, él se la había jurado; después se mató, eso habrá sido allá cerca de los años 40”.


El descargo del intendente Gutierrez


El lunes el intendente municipal Héctor Gutiérrez acompañado por su Gabinete, y por el jefe de la Policía Distrital, Roberto Gabín, se presentó espontáneamente en la sesión del Concejo Deliberante poniéndose a disposición del cuerpo deliberativo para aclarar cuestiones relacionadas con las actuaciones del Municipio en relación al funcionamiento del local de esparcimiento nocturno llamado «Spartakus» que funcionaba en la zona del Cruce de Caminos y en el que se encontraron catorce menores paraguayas ingresadas al país de manera ilegal y con el propósito de ser obligadas a ejercer la prostitución.
El jefe comunal destacó que «habría que preguntarse cómo las jóvenes paraguayas lograron atravesar medio país sin que ningún control lograra percatarse de su presencia». En este sentido consideró oportuno que a través de la diputada nacional se solicitara en la Cámara una interpelación al ministro del Interior para que brinde las explicaciones pertinentes. Héctor Gutiérrez declaraciones por el caso del cabaret Spartakus, asumiendo una mínima parte de responsabilidad comunal (la vinculada a que el local funcionó de manera irregular durante cinco días sin que los inspectores de nocturnidad lo hayan detectado), pero delegando el mayor peso en otros organismos, puntualmente Gendarmería Nacional, Policía Federal y Migraciones, porque considera que se llegó a esta situación al no impedir esas fuerzas que las menores paraguayas ingresaran por la frontera y se movilizaran por el país con absoluta libertad.


Las fechas


El jefe comunal explicó que la última habilitación en ese local fue para una confitería bailable llamada «La Metro», el 10 de marzo de 2006. La posterior solicitud para que se extendiera ese permiso a uno de cabaret fue denegada por la Municipalidad.
Dijo también que las inspecciones que se realizaron en el local, previo a la fecha de la apertura, el 16 y 17 de marzo de 2007 los inspectores municipales no verificaron actividad, el 20 la Policía constató que se estaban haciendo tareas de mantenimiento y el 21 que estaban colocando el equipo de audio. No constataron la presencia de las menores.El 2 de abril se hizo un procedimiento, en cumplimiento de la orden del juez Federal de Misiones, pero Gendarmería no avisó a la Municipalidad, ni antes ni después del operativo. Luego se mostró categórico al aseverar que el juez Federal de Misiones le confirmó que los certificados de salud encontrados en el allanamiento, eran simplemente planillas en blanco que no contaban con sellos ni firmas que evidenciaran actuaciones de la Municipalidad en ese sentido.


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