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01/07/2004
Caso King Kong Espindola

Una prostituta declaró: “Me llevaron a presenciar el crimen”


king_cong0207 (16k image)Una testigo encubierta involucró a una prostituta de San Nicolás. La trabajadora sexual señaló que un individuo al que identificó como Felipe la “cargo” en un vehículo y la llevó frente a la casa de «King Kong» Espíndola para que observará como lo iban a matar.


En la madrugada del domingo 7 de diciembre, Enrique Espíndola iba a ingresar a su casa, ubicada en 21 y 60, cuando un escopetazo traicionero le quitó la vida. Como se recordará, las primeras sospechas recayeron sobre un joven que se trasladaba caminando cerca de la casa de Espíndola, con una mochila de donde sobresalía un caño.


El testigo que contó la historia se desdijo y quedó detenido por falso testimonio. En tanto, cinco días después del asesinato, Colón Doce señaló en un extenso informe que las investigaciones debían volcarse hacía el “submundo de la prostitución”. Una testigo encubierta semanas después daba la primera pista sobre lo publicado.


En esa ocasión argumentamos: “Según las versiones circulantes, en el mes de noviembre de 2003, habrían llegado a nuestra ciudad, posiblemente desde Santa Fe ( en el presente confirmado) dos chicas de las denominadas “caídas” (escapadas) de un prostíbulo, limítrofe a la provincia de Buenos Aires”.


Las mujeres, en su estadía en nuestra ciudad, habrían trabajado en los suburbios del barrio 9 de Julio. Una de ellas, era muy bonita, cara redonda y regordeta. La joven enamoró a varios colonenses y se llamaría Silvia.


La versión indicaba que Espíndola, habría dado cobijo a la trabajadora sexual cuatro días antes del horrendo homicidio. El pedido habría sido la de realizar algunas tareas de limpieza en la casa. El rumor creciente en el populoso barrio, indicaba que finalmente esa decisión fue la causa de su muerte.


La realidad de los burdeles santafesinos para estas chicas (no habrían sido las únicas que escaparon hacia nuestra ciudad) es muy dura. Los patrones no las dejarían salir de los precarios lugares habitacionales. El trabajo es arduo y rotarían por diferentes poblaciones, con condiciones de vida infrahumanas.


La búsqueda


Una testigo habría dado entidad a la prostituta. Según los trascendidos se hacia llamar Silvia (usaba varios nombres según la ciudad que estuviera). La justicia pergaminense comenzó la búsqueda. La mujer habría sido encontrada en la ciudad de San Nicolás.


La joven sería adicta y en sus declaraciones ante el Fiscal Villalba habría caído en groseras contradicciones. La trabajadora social, habría dicho ante el Fiscal pergaminense que dos hombres la “subieron” a una camioneta cuatro por cuatro color blanca. El que manejaba era un hombre de mediana edad. La profesional del sexo identificó al conductor como “Felipe” - no sabía el apellido ni la procedencia-.


El relato es escalofriante. Según esta mujer nicoleña, la camioneta se trasladó hasta la casa de Espíndola ubicada en la esquina de 21 y 60. El objetivo del supuesto trío fue que la mujer presenciara el homicidio. La prostituta habría indicado al Fiscal que a «King Kong» lo mataron delante de sus ojos.


El relató muestra una hipótesis valedera y da pistas para suponer que el asesinato sería un ajuste mafioso por haberse “robado” a las mujeres del prostíbulo santafesino. Cabe aclarar que en la vecina provincia los “burdeles” serían los propietarios y les correspondería solamente un porcentaje de lo trabajado por las chicas. Las trabajadoras sexuales serían “propiedad” de organizaciones que se encargan de abastecer a estos “bares”.


La Justicia Pergaminense ordenó la búsqueda de “Felipe” y la camioneta cuatro por cuatro, color blanca. Uniformados bonaerenses y santafesinos “rastrearon” en la zona sur de Santa Fe y Norte de Buenos Aires y el vehículo no pudo ser hallado. El misterio se ahonda a límites inimaginables.


La mujer argumentó que luego de la muerte de Espíndola se habría quedado trabajando en Colón, teniendo la “parada” cerca del Hongo de la Plaza San Martín. Además habría dicho que dos días después del homicidio se habría ido a San Nicolás. Una versión de la calle indica que Silvia se habría retirado de la ciudad la misma noche del homicidio. ¿Quién se la llevó?

El bastón


Una persona (sería un testigo de identidad reservada en la causa judicial) indicó a Colón Doce que Espíndola tenía dos bastones. Uno era de madera y otro de hierro. La noche en que lo mataron tenía el bastón de madera.


El elemento usado debido a la deficiencias ambulatorias dejada por una operación de cadera, habría quedado cerca del cuerpo sin vida, y no habría sido levantado para ser peritado. El bastón estaría en poder de un allegado. La madera tendría varias rallas como si se hubiera usado como defensa.


La incógnita es si King Kong observó a los dos presuntos “matones” llevados por “Felipe” e intentó desesperadamente defenderse.


A seis meses del trágico suceso los testigos se contradicen y nadie quiere hablar . Hay temor entre los protagonistas de esta historia y nadie parece querer comprometerse.


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