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Tuberculosis

Informe Especial 17/05/2002

INFORME ESPECIAL

Tiene tratamiento eficaz, pero aumentan los casos
TUBERCULOSIS
Casi mil personas mueren al año en la Argentina a causa de la tuberculosis. Se estima que anualmente, hay 12.000 casos nuevos producido por este bacilo. Con las terapias actuales, el 90 por ciento de los enfermos de tuberculosis podría curarse; para ello se requiere el compromiso del afectado y sus familiares. Es imprescindible que el tratamiento se complete, ya que si se interrumpe, los gérmenes se vuelven resistentes a los antibióticos.

Si bien se lo asoció con la pobreza, el bacilo de la tuberculosis descubierto por Roberto Koch en 1882, ataca sin distinción de clases sociales, aunque tiene una mayor incidencia de contagio en los grupos carenciados. La transmisión de la enfermedad es fundamentalmente aérea, a través de las secreciones expulsadas por el paciente cuando estornuda, tose, habla o se ríe. Se calcula que una persona enferma que no recibe tratamiento adecuado contagia, en promedio, a otras 15 personas. Este bacilo sobrevive suspendido en el aire varias horas, lo que le da tiempo para invadir un nuevo organismo. Al inhalar las partículas comienza la infección: se instala en el pulmón y puede provocar lesiones en su estructura. La enfermedad puede diseminarse también a través de la sangre y de los ganglios.
Con frecuencia, el receptor es inmune al bacilo y no se enferma, de hecho sólo entre el 5 y el 10 por ciento de quienes contraen la infección presentan el cuadro completo de la enfermedad. Pero en otras, el bacilo permanece en el organismo latente y con capacidad de desarrollar la infección. En caso de pasar de infección a enfermedad, las bacterias pueden afectar todo el organismo, en particular. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las bacterias atacan los pulmones: destruyen en forma gradual el tejido pulmonar, provocando la muerte por asfixia del enfermo si no recibe el tratamiento oportuno.
“Los síntomas de la tuberculosis son enmarcados dentro de lo que se llama un síndrome de repercusión general - explica Jorge Corral, coordinador del Programa de Control de la Tuberculosis del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires-, porque son afines a casi todas las enfermedades infecciosas: fiebre, en algún momento cansancio, decaimiento, sudoración nocturna, tos, expectoración muco purulenta, a veces con hemoptisis (salivar con sangre).
La tuberculosis tiene como característica que es una tos prolongada, de varios días; en todo paciente con tos y catarro por más de 15 días, debe estudiarse su esputo para identificar eventualmente la presencia del bacilo de la tuberculosis”. El estudio baciloscópico se puede realizar, en forma gratuita, en cualquier hospital público de la provincia de Buenos Aires.

Enfermedad en aumento
La tuberculosis es la causa de 2.000.000 de muertes al año informó la OMS (Organización Mundial de la Salud), presentándose el mayor número de las defunciones en las regiones menos desarrolladas del mundo. El director de la Organización Panamericana de la Salud, George Alleyne, señala que “esta enfermedad, estrechamente vinculada a la pobreza, sigue representando una grave amenaza para los niños y los adultos de la región de las Américas. En 1999, el 7 por ciento de los casos mundiales se notificaron en la región y aproximadamente el 50 por ciento de ellos se presentaron en el Brasil y el Perú . Esos dos países están entre los 22 que tiene la máxima carga de morbilidad por tuberculosis en el mundo. En 1999, la tasa de la región fue de 29 casos de todas las formas de tuberculosis por 100.000 habitantes, sobre un total de 238.082 casos; sobre estos, 137.675 fueron de casos pulmonares positivos nuevos, lo que representa una tasa de 17 por 100.000 habitantes ”.
De los 11.767 casos nuevos de tuberculosis notificados en la Argentina durante el año 2000, 45,2% del total (5.322) tenía residencia en la provincia de Buenos Aires. Los datos, relevados por la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Carlos G. Malbrán” y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Dr. Emilio Coni”, muestran que en los últimos 2 años se ha producido un incremento de la enfermedad tanto en los jóvenes como en los adultos mayores de 65 años. Esto revirtió la tendencia, que se estaba dando desde 1980, hacia la disminución de casos nuevos.
“En los análisis que hacemos, en principio, vemos que la asociación HIV/sida tiene influencia en el aumento de los casos de notificaciones de tuberculosis”, informó Corral. De los 353 muertes por tuberculosis que se produjeron en la provincia de Buenos Aires, 114 correspondieron a pacientes que estaban infectados por el HIV.
Otro factor a tener en cuenta en este incremento es el social, la recesión económica que afecta a la Argentina, las deficiencias en la alimentación, el hacinamiento, ayudan a la expansión de la enfermedad.
La fácil difusión de los bacilos en el aire constituyen otro de las causas: “los pacientes pueden contagiar en transportes públicos, consultorios y salas de espera del hospital, lo que hace que la transmisibilidad de la enfermedad pueda ser mayor”. Ante esto, la educación del paciente es importante. “Debe taparse la boca al toser; evitar las aglomeraciones; aunque insistimos que la medida más importante para cortar la cadena de transmisión es el tratamiento”, resalta el coordinador provincial.

El tratamiento
Desde 1952 existen fármacos eficaces y potentes para combatir la tuberculosis. La OMS delineó un procedimiento: el Tratamiento Directamente Observado (TDO), dentro de una estrategia de Tratamiento Abreviado Estrictamente Supervisado (TAES), que actúa atacando a la enfermedad mediante una combinación de drogas. El correcto resultado depende de que el paciente concluya con el proceso de medicación, que se desarrolla, aproximadamente, durante seis meses.
Para lograr la curación del paciente se cuenta con cinco medicamentos básicos: isoniacida rifampicina, pirazinamida, estreptomicina y etambutol. Como ninguna de estas drogas posee todas las propiedades (capacidad bactericida, esterilizante y prevención de la resistencia) necesarias para la curación, se debe utilizar un cóctel de por lo menos tres fármacos durante los primeros dos meses de tratamiento y continuar con, por lo menos, dos drogas durante cuatro meses más. La combinación de medicamentos a utilizar, así como la frecuencia de sus tomas y la duración del tratamiento, dependerá de las características del caso.
A las dos semanas de iniciado el tratamiento, el paciente deja de contagiar a otras personas. La mejora en el estado de salud provoca, en muchos casos, el abandono de la medicación. La enfermedad sigue latente y los gérmenes se vuelven resistentes al tratamiento, empeorando la situación del contagiado. “En algunos casos, por darle auto administración al paciente, éstos la toman irregularmente, o se olvidan de la toma, y eso lleva a la resistencia de los antibióticos, cosa que es una circunstancia grave dentro de la acción del Programa”, explica Jorge Corral.
El control de la tuberculosis, reducir su transmisión y la mortalidad, y evitar la farmacorresistencia durante el tratamiento, son los objetivos que se ha propuesto el Programa Nacional y los provinciales. Para esto, la detección y cura de los casos detectados es una de las metas principales.

Síntomas
  • Tos de dos o tres semanas de duración.
  • Perdida de peso, desgano general.
  • Sudoración nocturna o episodios febriles (apenas unas líneas).
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor torácico.
  • Afección pulmonar.
  • Afección en el hígado.
  • Perdida de apetito.
  • Afección en la médula ósea.

    Cuidados con el enfermo
    Una persona enferma que realiza el tratamiento deja de contagiar a partir de las dos semanas de iniciarlo.
  • El enfermo debe taparse la boca al toser o estornudar.
  • Debe limpiar y ventilar la habitación donde duerme.
  • Debe lavar correctamente los utensilios que utiliza.
  • No deje a los niños jugar en el suelo, ya que suele llevarse las manos a la boca y el enfermo al toser o hablar disemina gotitas de saliva infectadas con gérmenes.