CÁNCER DE PRÓSTATA...  

CÁNCER DE PRÓSTATA

Informe Especial

Controles y tratamientos
CÁNCER DE PRÓSTATA



El cáncer de próstata constituye la primera causa de cáncer y la tercera si se toman ambos sexos ( detrás del de mama y de colon). En la provincia de Buenos Aires la incidencia es de 47 casos nuevos cada 100 mil habitantes, esto significa un total de 3.200 afectados por año. La prueba de antígeno prostático específico (PSA, Prostate Specific Antigen), a partir de los 55 años, es el estudio que permite monitorear la evolución del tumor. Si bien existen tratamientos para controlarlo, algunos especialistas prefieren no intervenir dado que, en muchos casos, la evolución es tan lenta que no compromete la vida del paciente.

La próstata es una glándula sexual cuya función resulta fundamental para la capacidad reproductiva del hombre. Se encarga de producir un líquido que ayuda a vehiculizar a los espermatozoides por los conductos deferentes hacia la uretra y, desde allí, eliminarlos en el acto sexual. De este modo contribuye a mantener vivas las células reproductivas masculinas hasta el momento de la fecundación. Para indagar en las causas del cáncer prostático se efectuaron distintos estudios relacionados con la dieta grasa, el tabaquismo, la falta de ejercicio físico y las características del ámbito laboral de diferentes grupos de varones. Sin embargo, los especialistas no arribaron a ninguna asociación certera que permita generalizar los factores desencadenantes de esta afección.

"Lo que sí se sabe es que las personas que tienen familiares de primer grado, padre o hermano, que han tenido cáncer de próstata y, sobre todo, si lo han tenido tempranamente, entre los 55 y los 65 años, tienen más probabilidades de contraer cáncer de próstata. Además, de acuerdo a las estadísticas en Estados Unidos, los negros - no se sabe aún por qué -, tienen mayor incidencia que los blancos y los habitantes de América y Europa occidental, tienen una incidencia mucho más alta que los asiáticos", comenta Silvia Bonicatto, jefa del servicio de oncología del hospital San Roque de Gonnet.

Según datos del Programa estadounidense SEER ( encargado del registro y seguimiento de todos los cánceres en ese país), la población de raza negra presenta casi el doble de incidencia de cáncer de próstata en relación a los varones blancos: 90 casos nuevos contra 50 en la población blanca, cada 100 mil habitantes en el período de un año.

Esta enfermedad comienza a detectarse, en general, a partir de los 50 años y la mayor incidencia se registra a los 70, de acuerdo a lo indicado por el Registro Provincial del Cáncer, a cargo del ministerio de Salud bonaerense y Fundonar.

La prueba de antígeno prostático específico
El antígeno prostático específico o PSA es una proteína que genera la próstata en condiciones normales. Cuando esta glándula se enferma, ya sea por causas benignas o por cáncer, aumenta la producción de esta sustancia.
"El PSA no tiene una relación directa con el cáncer de próstata, de hecho no es algo que produzca el cáncer. Lo que se ha comprobado es que en los pacientes con este tumor hay más producción de PSA que por otras enfermedades y el incremento se da en un lapso corto. La prueba de antígeno prostático específico, por lo tanto, nos sirve para monitorear la evolución del cáncer pero no para diagnosticarlo", aclara Bonicatto.

Esta prueba se recomienda a partir de los 55 años, sobre todo, para aquellos hombres con antecedentes familiares de cáncer. Como el PSA se libera en la sangre, su determinación se realiza mediante una simple extracción que permite realizar el dosaje de esta sustancia en cada paciente.

En el encuentro organizado por la Sociedad Americana de Oncología Clínica (que se realizó en mayo de este año en Orlando, Estado Unidos), se dieron a conocer las últimas novedades respecto del control del cáncer de próstata. Allí se estableció que ya no es necesario que todos los hombres mayores de 50 años se realicen la prueba de antígeno prostático específico una vez al año. "Las personas a las que se les detecta un dosaje de PSA menor de un nanogramo por mililitro no tienen que volver a hacerse la prueba hasta dentro de 5 años, porque hay un 98 por ciento de posibilidades de que el antígeno no aumente durante ese tiempo", explica Bonicatto y agrega que, "las personas que tienen un dosaje inicial de 1 y 2 nanogramos por mililitros, deberían hacérsela cada 2 años. Recién cuando se tiene un dosaje superior a 2 se sugiere la realización anual de la prueba PSA".

El diagnóstico certero de este cáncer sólo se consigue mediante el examen microscópico de una muestra de tejido que se extrae del área afectada. Este mecanismo se conoce como punción o biopsia de próstata. El tacto rectal, además, sirve como paso previo para detectar durezas o texturas anormales ( a través de la pared intestinal), en la superficie de la próstata, y constituye una de las recomendaciones de chequeo que brinda la Sociedad Americana de Cáncer para hombres de más de 40 años.

Síntomas
La próstata crece durante la mayor parte de la vida, por eso es frecuente que los varones de más de 60 años presenten lo que se conoce como "próstata agrandada", adenoma o hipertrofia prostática (HPB). Este crecimiento es totalmente benigno aunque los síntomas muchas veces se confunden con los que propios del cáncer. Como esta glándula se encuentra alrededor de la uretra (que es el conducto por el cual se elimina la orina) y ésta, a su vez, se halla presionada ya sea por un agrandamiento prostático como por la aparición de un tumor, los primeros signos que deben inducir a la consulta son la dificultad para orinar, la ganas de hacerlo con excesiva frecuencia y la necesidad de hacer un mayor esfuerzo durante la micción.

Cabe señalar que en estadíos tempranos el cáncer de próstata no presenta síntomas y, "en general, su crecimiento es lento. Hay estudios, realizados en Estados Unidos, sobre autopsias de varones de más de 50 - que han muerto por otras causas, no por cáncer -, en las que se detectaron alrededor de un 30 por ciento de cánceres de próstata latentes, que nunca llegaron a tener significación clínica", comenta Bonicatto.

Tratamientos individuales
Existen distintas alternativas a la hora de tratar este cáncer, por eso, los especialistas insisten en que la forma de abordarlo debe partir de un acuerdo entre el paciente y el especialista, quien tendrá en cuenta la edad de la persona a tratar y el estadío en que se encuentra la enfermedad.
"Si se detecta en etapas tempranas, cuando el dosaje de antígeno prostático es bajo y los estudios indican que el tumor está confinado sólo a la próstata, algunos profesionales, en acuerdo con el paciente, pueden decidir lo que los americanos llaman `watch and wait´, esto significa `mirar y esperar´; no hacer nada más que controlar la evolución, a fin de no iniciar antes de tiempo tratamientos innecesarios que provoquen efectos colaterales", señala Bonicatto. La intervenciones quirúrgicas, según el caso, pueden orientarse a extirpar sólo el crecimiento canceroso o bien la próstata en su totalidad (prostatectomía) e, incluso, los ganglios linfáticos circundantes.

La terapia radiante, por otra parte, consiste en la aplicación de rayos sobre la zona afectada a fin de destruir el tejido tumoral. Desde el ministerio de Salud bonaerense se indicó que la provincia ofrece centros de derivación, en cada una de las Regiones Sanitarias, para la realización de este tipo de terapia. Todas estas opciones resultan útiles en los estadíos tempranos de la enfermedad, pero cuando el tumor se halla avanzado es necesario recurrir a la hormonoterapia y quimioterapia, según el cuadro y el criterio profesional.
"La decisión en cuanto al tratamiento debe tomarse por caso, individualmente. Dependerá del especialista, del tipo de paciente, de las condiciones histopatológicas: hay varios datos que reunir antes de efectuar recomendaciones puntuales", concluye Bonicatto.

Polémica en la comunidad científica
Actualmente, existen criterios opuestos respecto de la detección sistemática y el tratamiento del cáncer de próstata. Por un lado, la Sociedad de Cáncer de Estados Unidos recomienda la realización periódica de la prueba de antígeno prostático específico a partir de los 50 años.
Sin embargo, un informe publicado en la última edición del Bristish Medical Journal indica que la detección precoz y el consiguiente tratamiento no logran, en comparación con los casos en los que no se aplican terapéuticas, mayor beneficio de supervivencia.
El estudio publicado señala que la prueba PSA podría conducir a tratamientos innecesarios con efectos colaterales, como impotencia e incontinencia, tras la detección de un cáncer que no implica una amenaza para la vida.

Síntomas del cáncer de próstata
El cáncer prostático no produce síntomas en su estadío más temprano. A medida que se desarrolla y, al igual que el adenoma de próstata (una afección frecuente y benigna), puede presentar:

Ø Dificultades para comenzar y terminar de orinar
Ø Goteo al final de la micción
Ø Fuerza reducida del chorro de orina
Ø Micción dolorosa o con ardor
Ø Orinar poco y con mayor frecuencia, sobre todo durante la noche
Ø Eyaculación dolorosa
Ø Sangre en la orina