30/08/2002

Inseguridad en Colón

Lavar los trapos sucios. El problema de la inseguridad en nuestra ciudad nos obliga a realizar un profunda autocrítica sin hipocresía. Los sectores políticos y la conducción policial deberán lavar sus trapos sucios. tapa_30_08.jpg - 54113 Bytes La “mentira” puede llevarnos a lamentar posiciones extremas. En las condiciones actuales lo mejor que nos puede ocurrir como colonenses es sincerarnos. Las situaciones poco claras no solo suceden en la Capital Federal o el conurbano bonaerense. También en esta pequeña ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires, llamada: Colón.
Estamos a tiempo de cambiar nuestra historia como ciudad. En el medio y como rehenes de las fallas que tuvimos –todos sin excepción- quedan nada menos que 4000 jóvenes que miran perplejos el ejemplo que estamos dejando.
Sin mezquindad política debemos buscar soluciones concretas. En la Grecia antigua su principal pensador lanzó la proclama: “Plan de gobierno y ejemplaridad” como base de sustensación para una sociedad civilizada. Una corta frase que nos lleva a repensar todo nuestro proceder.

  • Sin Hipocresía
  • Las fallas policiales que hubo en el emblemático fin de semana que determinó en nuestra ciudad un estado deliberativo sin precedentes ya fue expresado en duros términos por este semanario en la edición anterior.
    El otro punto que abordaremos es la responsabilidad política que debe ocupar a nuestros dirigentes.
    En los “corrillos” políticos se transmite una versión que sería totalmente cierta.
    Según se supo, un dirigente político, liberó de la comisaría a tres presos insultando a la cúpula policial que en ese fin de semana estaba a cargo. Los detenidos “liberados compul-sivamente” habrían protagonizados contraver-siones al ordenamiento público que en el presente nos tiene preocupados.
    El hecho ocurrió previamente a los graves actos de violencia que son de público conocimiento.
    Es cierto –además- que en la Comisaria local existe un sumario administrativo interno que se esta llevando a cabo contra el oficial que estaba a cargo en el momento que ocurrió el mencionado acontecimiento.
    Llama la atención que la trama totalmente atípica para las instituciones republicanas no “formara” parte de acalorados debates políticos en el Concejo Deliberante.
    Es hora que la población no sea rehén de estas situaciones y que las mismas sean tratadas con la máxima responsabilidad, procedimientos republicanos y democráticos para erradicar definitivamente estas prácticas patoteriles.

  • Consecuencia
  • El incidente pudo ser una consecuencia o simplemente una coincidencia con los hechos que luego asolaron el centro de la ciudad. Por eso desde este pequeño espacio reclamamos una profunda investigación por el bien de las instituciones y por la tranquilidad de los ciudadanos que habitan nuestra ciudad.
    El sistema político debe erradicar sus falencias. El patoterismo nos puede golpear o hacer más daño aún, pero seguramente ya no podrá acallar nuestras ideas y las de muchos colonenses que nos acompañan.
    La juventud necesita ejemplos y esta de nuestra parte darlos, llamesé, justicia, policías, instituciones, partidos políticos, ciudadanos comunes.
    Los ciudadanos comunes no pueden quedar como rehenes de “presuntas” internas políticas.
    Los desmanes que tanta preocupación nos causaron y que movilizaron a todas las instituciones y jóvenes fueron atípicos con los que se venían sucediendo. El tema principal es saber cual fue el motivo de su desencadenante. Una población todavía sigue esperando respuestas claras.

  • No somos los únicos
  • Las situaciones de violencia no solo se centran en la ciudad de Colón, se extienden por todo el territorio bonaerense con más o menos virulencia. En la ciudad de Saladillo, serán sancionados con multas que van de los 115 a 1.150 pesos los padres cuyos hijos menores de 18 años realicen disturbios en la vía pública.
    A última hora del jueves el Concejo Deliberante de Saladillo convirtió en ordenanza una iniciativa presentada por la jueza de Faltas de la ciudad, María Magdalena Curto.
    La nueva ordenanza establece que: serán sancionados con multas de 50 módulos a 500 (el valor de cada módulo es de 2,30 pesos) los padres, tutores, curadores, guardadores de menores de 18 años a su cargo que se encuentren en estado de ebriedad o produzcan desórdenes en la vía pública y lugares al acceso público y se encuentren en lugares y horarios no permitidos.
    Además, serán factibles de la misma sanción los propietarios, inquilinos, moradores y ocupantes de las fincas particulares en las que se realicen reuniones de menores de 18 años y se les facilite el ámbito para la ingesta de bebidas alcohólicas, siempre que los menores luego transiten o se los encuentren alcoholizados por la vía y/o lugares públicos.
    También los propietarios, gerentes, encargados o responsables de cualquier local, comercio o establecimiento que exploten una actividad en que concurran menores de 18 años que violen o transgredan la ordenanza que regule la actividad serán sancionados con multas de 200 a 1000 módulos, es decir 460 a 2.300 pesos.




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