09/08/2002

Fiebre hemorrágica

La continuidad de los tratamientos peligra. El instituto Maiztegui está por cerrar debido a insuficiencia de fondos. La Nación le adeuda al centro de enfermedades virales de Pergamino más de medio millón de pesos.
La tarea científica y asistencial del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Julio Maiztegui de Pergamino corre un serio riesgo de no poder continuar si el Gobierno Nacional no envía las partidas que corresponden al trabajo de prevención y erradicación de la fiebre hemorrágica argentina. El presidente de la Fundación Maiztegui, Ildefonso Olego, confió que los fondos atrasados superan el medio millón de pesos.
La preocupante situación, calificada por el propio Olego como desesperante, fue plasmada en una serie de notas que la Fundación Maiztegui elevó al Ministerio de Salud de la Nación, a las comisiones de Salud de las cámaras de Diputados y Senadores de la Nación, y a esas mismas áreas de los ministerios de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa. La fiebre hemorrágica argentina (FHA), más conocida como «mal de los rastrojos», es una grave enfermedad viral aguda caracterizada por un síndrome febril que produce alteraciones en el organismo que evolucionan hacia la curación o la muerte en un lapso de dos semanas. Sin tratamiento, la mortalidad es muy elevada (15 al 30 por ciento)
El tratamiento es muy específico y consiste en el suministro de plasma de convalecientes de FHA, cuyo racionamiento es sumamente eficaz, a tal punto que -según los investigadores de este centro- disminuye la mortalidad al uno por ciento. El Instituto radicado en Pergamino es el único sitio del país que realiza este trabajo. Precisamente ese tratamiento y el trabajo de los médicos y el personal del Instituto es el que peligra si no remiten los fondos necesarios para prestar ese servicio. Los textos enviados indican que «localmente están agotadas todas las instancias y toda la comunidad está a la espera de una respuesta oficial».
»En mayo comenzamos a enviar notas a todas las reparticiones y el dinero no llega», explicó Olego , y precisó que los atrasos son de tres o cuatro meses y la suma supera el medio millón de pesos.
«Es injusto que nosotros seamos los únicos que estamos molestos por la crítica situación de instituto», confió el directivo.
La preocupación no sólo está centrada en el pago de salarios del personal y los gastos de manutención del edificio, sino también en que los animales de investigación «ya no se pueden alimentar» y en el pago del seguro del único vehículo que dispone la entidad para el retiro y control de los residuos patológicos.
Olego añadió que el patético panorama complica la reserva de vacunas Candid 1, cuya cantidad fue calificada como insuficiente para atender la demanda de una población de riesgo superior a las cuatro millones de personas. «Tenemos todo listo para producir la vacuna, pero nos faltan los medios para hacerlo», dijo el titular de la Fundación Maiztegui.
En efecto, desde 1990 la vacuna contra la FHA, que posee una eficacia del 95,5 por ciento, es utilizada en la región con un significativo descenso en la incidencia de la enfermedad. Las tareas que apuntaban a producción de la vacuna en el instituto fueron paralizadas en 1996 debido a la falta de fondos. »El año pasado se postergó la vacunación por la tozudez del ex ministro (de Salud de la Nación, Héctor) Lombardo que dudó de la efectividad de la vacuna. Tenemos todo terminado para seguir fabricándola, pero no contamos con los fondos», explicó el presidente, tras advertir «si hay un rebrote de la enfermedad, después vendrán los lamentos».




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