05/07/2002

La nueva modalidad: “Bandidos rurales”

El hombre de campo ve peligrar su producción atacado por bandas que operan perfectamente organizadas. Nuestra región este catalogada como unas de mayor actividad delictiva. La desarticulación de una banda de gran poder operativo en la región trajo una brisa de aire fresco a los productores rurales y transportistas.

Según señala los investigadores “la cabeza” de la asociación ilícita operaba desde Colón (ver número anterior). Los allanamientos posteriores incluyeron un amplio radio, con “sucursales” en Rosario, Pergamino, Rojas, Carabelas, Teodelina y Villa Cañas demostraron la notable red de infraestructura que tenían.
La situación no es nueva. Las fuerzas de seguridad deberán tomar nota y observar como estas bandas se reciclan con el tiempo y adquieren nuevas potencialidades. La presunta cabeza de la banda desbaratada hace quince días, integraba en la década de los ochenta las fechorías que encabezaba elya legendario Jorge Rivas que en el presente cumple una condena en cárceles santafesinas.
Según las fichas policiales el “notable” colonense sería el autor de por lo menos 60 “golpes” en la modalidad “piratería del asfalto”.
Lo llamativo es que observando las antiguas estructuras de comercialización de aquellas grandes bandas, y las que aparecen en el presente, aparece un hilo común para la comercialización de la mercadería ilícita siempre se cae en las mismas localidades: Teodelina, Villa Cañas, Rosario, Pergamino y Rojas. También siempre operan los mismos malvivientes que son detenidos, cumplen condenas y luego vuelven al mismo “palo” delictivo.

  • Ejemplo
  • Un ejemplo que vamos a dar se remonta a julio de 2000. En esa ocasión se realizó un operativo en calle 17 y 58. La policía secuestro gran cantidad de agroquímicos. El detenido estuvo a disposición del magistrado Dr. Héctor Vitelli de Venado Tuerto. Los agroquimicos habían sido robados a Andrés José Bovetti, propietario del establecimiento rural “El Garrafo”, ubicado en cercanías de la localidad santafesina de Teodelina.
    Los ejemplos podrían llenar un diario de mediano tamaño, pero cada uno de ellos indican un ida y vuelta de una superestructura delictiva que se recicla con el correr de los años y que pareciera dirigida por una cabeza escondida entre las tinieblas. Los puntos de referencias son los mismos y se conectan con las grandes bandas desmembradas en la década de los ochenta.

  • Más sofisticados
  • Los actuales investigadores de estas bandas (pelean además con la falta de recursos) sospechan que existe una conexión entre “piratas del asfalto” acopiadores y exportadores de granos. En el ambiente de la pesquisas trasciende que podría estar en curso una “gran investigación” que estallaría en los próximos días.
    Con respecto a esta problemática, el pasado viernes (aunque no trascendió) la policía santafesina secuestro en las inmediaciones de Terminal 6, puerto de San Lorenzo, dos camiones cargados con 30 mil kilos de trigo y otro con 30 mil kilos de soja y que llegaban al lugar para descargar la mercadería presuntamente tenían un origen ilícito. El secuestro disparó una investigación aunque todavía no se saben los resultados.
    En Colón y la zona de Hughes hubo en las últimas semanas, por lo menos tres camiones de soja “levantados” en plena Ruta. También se robaron 760 bolsas de soja en un campo cercano al paraje la “Rosa Blanca” y hubo otros intentos, como el ocurrido últimamente en el campo de la familia Reybet donde intentaron robar 360 bolsas de soja. Los llamativo es que los delincuentes tienen “datos precisos”. En este sentido, debemos recordar lo publicado sobre un caso de la localidad de Peña cercana a Pergamino, cuando a Néstor Marcheseotti lo atracaron en su campo varios delincuentes y le decían “A vos de vendieron, sabemos que estuviste en el banco y sacaste plata, así que entregas los billetes”

  • La estructura
  • También los volúmenes robados indican que no actúa una sola banda de delincuentes, aunque podrían “operar” para una cabeza en común que se encargaría de reducir la mercadería robada, ingresándola al circuito comercial de la exportación o al consumo interno.
    El “nudo gordiano” estaría en las terminales de carga y es allí donde debería operar con más fuerza la investigación.
    Los hechos se suceden con preocupante continuidad. El fin de semana un camionero que llevaba 31 mil kilos de soja fue asaltado en el parador de Figheira sobre la Ruta 9. El camionero se detuvo para revisar los neumáticos y fue abordado por tres delincuentes que lo subieron a una Renault Trafic y lo abandonaron en el centro de Rosario.
    En Venado Tuerto intentaron robar bolsas de trigo al propio semillero de Nidera. Por otra parte, los camioneros que se dirigen al puerto de Rosario o San Lorenzo están en alerta roja por los robos bajo modalidad de “Piratas del asfalto”.
    Una fuente consultada nos señaló que es posible que existan “empresas truchas” o fantasmas que mediante su estructura embarquen las semillas conseguidas ilegítimamente.

  • Los volúmenes
  • Los volúmenes robados son preocupantes. El comisario inspector Norberto Garcia Muñoz que está al frente de comisión investigadora de la Piratería del Asfalto, reconoce que es imposible dar seguridad a la extensión de las rutas provinciales y nacionales que cruzan el territorio bonaerense. Por nuestro territorio se transportan 21 millones de toneladas de soja, trigo, maíz y girasol. La mercadería “no tiene marca” es muy fácil llegar a reducirla en el circuito comercial.
    Las estadísticas dicen que entre enero y mayo del 2002 desaparecieron 5300 cabezas de ganado en 730 hechos delictivos. En los cinco meses del año asaltaron a 30 camioneros que transportaban granos.
    La harina cuya bolsa de 100 kilos supera el valor de los 50 pesos es un plato apetecible. En total se llevaron 100 camiones cargados de harina. Cada camión lleva entre 500 y 600 bolsas que en el mercado paralelo se vende a 20 pesos la bolsa.

  • Lo que viene
  • En Colón trascendió el último fin de semana que varios productores rurales “salieron” armados porque esperaban un golpe en sus campos. Los ruralistas estaban decididos a dar un lección a los depredadores que nada tenían que ver con el “chupacabras”. Según una fuente segura, los delincuentes habrían salido con el vehículo rumbo a su “víctima” pero alguien les “soplo” o vieron “movimientos raros” y se volvieron sin intentar cometer el ilícito. La mano de Dios estuvo del lado de los buenos, de lo contrario hubiera ocurrido seguramente una lamentable desgracia.




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