14/06/2002

Preocupación. "Crece el delito en zona rural"

El robo de ganado, cereal y de maquinaria hace pensar que la seguridad rural será una materia a aprobar por las fuerzas policiales y el Foro. El delito en cualquier parte del país se recicla, toma nuevas formas y se adapta a las crisis sociales y económicas. El delincuente en su gran mayoría estudia el terreno, a la propia policía y luego actúa. Los mayores controles en la zona urbana hace que los ilícitos se vayan desplazando sobre las zonas despobladas o rurales. La falta de efectivos policiales y patrulleros que actualmente tiene la policía no permite tareas preventivas y represivas en este sector.
Además, el contexto socioeconómico que se deteriora día a día es un caldo de cultivo casi explosivo. La autoridades políticas deben tener en claro que pobreza y delincuencia no es directamente proporcional, pero la primera influye sobre la segunda.

  • Abigeato
  • Los productores ganaderos de la jurisdicción fueron duramente golpeados por los cuatreros. Casi diariamente los malvivientes actuaron en distintos campos causando serios perjuicios económicos.
    El cuatrero es un personaje de un perfil psicológico y social muy particular. El jefe de los Pumas santafesinos, comisario Oscar Lobo, los definía como “individuos mecanizados”. “Siempre la policía puede anticipar sus golpes siguiendo el mapa delictual que van dejando” agregaba.
    En Colón la policía de cuatrerismo con la colaboración de uniformados locales logró detener a una de las bandas que asolaba el Partido .
    En las primeras horas del viernes se realizó un allanamiento en un vivienda cercana a las calles 23 y 57. En el interior se encontraron distintos tipos de cortes pertenecientes a un animal de poco kilaje. Seguramente sería un ternero. También huesos y hasta un costillar envuelto y depositado sobre una cama. A la mujer que se encontraba en ese momento en la casa se le escuchó decir: “Con eso comimos varios días”.

  • Modus operandi
  • La división cuatrerismo había realizado un trabajo de inteligencia que tenía varias patas. El modus operandi de los cacos no habría sido totalmente desbaratado.
    Los malvivientes utilizaban dos viejos vehículos Chevrolet 400, para realizar la faena. En el primero y el que la policía denominó “señuelo” se trasladaban dos menores de 15 y 16 años.
    El auto era apostado en la periferia de Colón y estaba atento a los movimientos policiales que existían. El segundo vehículo se trasladaba a campos previamente determinados y cercanos al casco urbano. En el lugar y seguro de que no iban a ser molestados mataban y descuartizaban a los animales.
    Una vez que el “trabajo” estaba terminado los “faenadores” se trasladaban hacia la zona urbana. El vehículo con los menores ingresaba a la ciudad y si por casualidad era parado por los efectivos policiales, en el interior del mismo no se encontraba ningún elemento comprometido.
    El vehículo que ingresaba a la ciudad en segundo término y que traía el animal faenado, si observaba que el primero tenía dificultades con la policía se dirigía a un segundo aguantadero todavía no determinado donde depositaba la mercadería.
    La policía sabiendo de la maniobra delictiva, espero a ambos autos en la casa de 23 y 57 y en el baúl de uno de ellos encontró el vacuno faenado, hacía apenas una hora.
    La impericia de los “faenadores” pudo verse en el mal trabajo que realizaba sobre el novillo Aberden Angus, despedazado prácticamente a machetazos.
    La carne ingresaba al circuito comercial seguramente con venta puerta a puerta y además servia como alimento de todo el núcleo familiar.
    Uno de los parámetros que llamó la atención, es que el grupo familiar no era ignorante de la situación y todos intervenían en mayor o menor medida de la tarea delictiva.
    Por otro lado, sabemos con certezas que existen otras bandas actuando en el partido de Colón que tiene las mismas características. En este sentido, hubo animales faenados en algunos predios y donde dejaron restos de carne, pudiéndose comprobar que el despostador era muy ducho en su trabajo, cosa que no ocurría en la banda atrapada.
    Por último, podemos afirmar que en forma posterior al desmantelamiento de este grupo, al contador Juan Carlos Lavatelli le faenaron dos vacunos y todo hace presumir que los cuatreros era de nuestra ciudad.

  • Los granos
  • Por otro lado, la suba del precio de los granos hace que bandas más organizadas y mejor infraestructura se dediquen a este rubro. Además los granos no tienen marca y se puede “reducir” rápidamente y con un buen rédito económico.
    En el partido por lo menos “levantaron” tres camiones cargados con soja. También al productor rural Vicente Traficante de un campo alquilado en la zona de la “Rosa Blanca” le llevaron 700 bolsas de soja.
    La nueva modalidad invade la región. En General Arenales, tres delincuentes fuertemente armados se apoderaron de un camión y acoplado cargado con 30 toneladas de maíz, y mantuvieron durante casi diez horas secuestrado al chofer, que fue finalmente abandonado en las proximidades de la localidad de Fortín Tiburcio, en General Arenales.
    Durante un operativo llevado adelante por efectivos del Comando de Patrullas, encabezado por el subcomisario Carlos Garnica, se logró recuperar el rodado, pero no la carga, que había desaparecido horas antes.
    El hecho ocurrió sobre la Ruta Provincial 50, casi sobre la rotonda ubicada en el cruce con la Ruta Provincial 65, en jurisdicción de General Arenales. El chofer, Alberto Raúl Plas, domiciliado en la localidad santafesina de Teodelina, fue sorprendido por los piratas del asfalto cuando conducía un camión Mercedes Benz 1114, patente SOL 700, que tiraba un acoplado, transportando 30.000 kilos de maíz.
    En ese momento se le acercó un automóvil color oscuro, cuya marca no pudo distinguir por la oscuridad, con tres delincuentes a bordo, quienes portaban armas de fuego, aparentemente revólveres. Uno de ellos, asomándose por la ventanilla le obligó a detener la marcha, orden que no resistió, por lo que lo introdujeron en el vehículo, en tanto otro de los asaltantes se hizo cargo del camión.
    Según declaró la víctima, los delincuentes, que se desenvolvían a cara descubierta, lo obligaron a mantenerse con la cabeza hacia abajo, circulando por diversos caminos pavimentados y de tierra, hasta que después de varias horas lo dejaron cerca de Fortín Tiburcio, sin que le produjeran ningún tipo de lesión.
    En tanto, el Comando detectó que el camión junto con el acoplado habían sido abandonados en la prolongación de la calle Ricardo Rojas, a unos 400 metros cruzando la Ruta Nacional 188, en jurisdicción del Cuartel II, en perfecto estado y sin que le faltara ningún elemento; incluso con las lonas protectoras perfectamente atadas y con la llave de arranque puesta.
    Personal de Policía Científica realizó las pericias correspondientes y tomó huellas digitales, en tanto, el chofer del camión valuó la carga de maíz sustraída en 35.000 pesos

  • Maquinaria y otros
  • Tampoco escapa a este contexto el robo de acoplados. En las últimas semanas fueron varios los acoplados de distinto tipo que se llevaron los delincuentes (Zorazabal, Deacón, Alfonzo).
    También hubo campos donde los cacos ingresaron para llevarse herramientas de distinto tipo que luego habrían vendido en la zona urbana a precios irrisorios. La situación es preocupante. En el linde del partido de Rojas y Colón la policía persiguió y luego detuvo a cuatro menores que recorrían la zona agraria.
    En el vehículo se le secuestro capuchas y armas. La intención era seguramente asaltar algún productor rural. Hace 16 días tres colonenses fueron detenidos en carabelas cuando intentaron asaltar el predio rural de Silvia Marcela Paez. Los forajidos se trasladaban en un auto Ford falcón y estaban fuertemente armados. El fin de semana dos individuos encapuchados asaltaron a matrimonio de octagenario. La víctima Dionisio Aguirre en la estancia “La Chacra” fue atado de pie y manos. Los cacos se llevaron 100 pesos.
    Colón Doce a través de una serie de notas lo venía adelantando. La paz se término en la zona rural.
    Estos hechos se vienen repitiendo con frecuencia. Algunos pobladores rurales de la zona de Carabelas ante la reiteración de estos delitos instalaron alarmas satelitales.




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