17/05/2002

Milagros inesperados

Miles de fieles hicieron largas colas el domingo último en la iglesia del Padre Ignacio, en Rosario, en busca de un turno que les permita una entrevista con el sacerdote, a quien le atribuyen varios “milagros”.
Por Lic. Cynthia Calvigioni padre ignacio.gif - 25685 Bytes

“Que sea lo que Dios quiera”, expreso hace unos días el presidente de la Nación, Eduardo Duhalde. Parece ser que hasta nuestros gobernantes buscan en lo místico o en un ser superior la solución a los problemas que nos aquejan, o al menos, un poco de esperanza para seguir adelante. Esto quedó demostrado el domingo último en la capilla “Natividad del Señor”, a cargo del padre Ignacio Peries, donde aproximadamente 50 mil personas hicieron durante horas y hasta días larguísimas y extenuantes filas en busca del ansiado turno con el párroco. Hace varios años que la popularidad del sacerdote se viene acrecentando y son cada vez más los fieles que desbordan su iglesia en busca de una palabra que los ayude a seguir.
“El año pasado fue impresionante pero este año la gente superó los cálculos que teníamos”, expresó una de las tantas colaboradoras del Padre Ignacio. Cientos de micros, con miles de personas provenientes de Entre Ríos, Misiones, Corrientes, Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Bs. As, esperaban bajo el sol abrumador del sábado último en el Polideportivo de la Escuela Natividad del Señor. Cada año se entregan turnos para que las personas puedan tener una entrevista personal con el padre Ignacio. El jueves por la noche ya se encontraban los primeros fieles haciendo cola para conseguir el preciado turno.
La escena en los alrededores de la capilla era inusual: la gente hacía frente a la espera con sillones, galletitas, mate, sandwiches, revistas y paraguas (que los protegió del sol de la tarde y de la lluvia copiosa que comenzó a caer en la madrugada)
Cuando alrededor de las 2.30 hs comenzaron a caer las primeras gotas la gente se abalanzó en busca de refugio hacia las capillas y hubo desmanes y peleas. Pero la metódica y laboriosa organización por la que trabajaron varias personas, que pertenecen al grupo de colaboradores del padre Ignacio, impidió que se transformara en un caos.
Debido a la gran cantidad de gente que esperaba el sacerdote decidió que se adelantara la entrega de turnos, que estaba programada para el domingo a la mañana, y que finalmente comenzó al finalizar el día sábado. Muchos de los que recibieron un turno deberán esperar hasta mayo del 2003 para verlo, pero aseguran que “vale la pena el esfuerzo y la espera hasta ese día”
Los motivos que impulsan a la gente a concurrir al padre Ignacio son varios. La fama de “cura sanador” se fue expandiendo en la región y llegan así personas de varias ciudades con alguna discapacidad física o con enfermedades de distinta índole.
Generalmente en el encuentro con el párroco uno no necesita decir su afección, ya que el padre mira con atención al enfermo y “diagnostica” su dolencia, imponiendo sus manos en la mayoría de los casos. Después le explica el tratamiento a seguir.
Este año hubo también una masiva concurrencia de personas que se acercaron a pedir por un trabajo. Los altos índices de desempleo que afectan a todo el país y la gran crisis económica impulsan a que la gente busque a través de variadas formas una solución a sus problemas. Muchos jóvenes o padres de familia recurrieron a la fe como último recurso de su desesperada búsqueda. Sabrina, una joven de 25 años, estudiante universitaria, explica que quiere pedir al padre Ignacio por una fuente laboral “La verdad es que hace rato deje de creer en mucha gente de este país y en este momento lo único que no quiero perder es la fe”
También hay casos de gente que se acerca con el propósito de pedir que las relaciones familiares mejoren, como por ejemplo en el caso de alguna pelea o separación. Así Mirtha nos contó en la fila que estaba allí “porque hacía varios meses que estaba peleada con su hijo”
Cualquiera sean los motivos, parece ser que este fenómeno masivo se acrecienta año a año y que la gente busca creer y pedir a un ser superior lo que en esta tierra se les está negando




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