21/12/2001

Económicas: La economía colonense

Fábricas que cierran de vacaciones, reducción de sueldos y pocas ventas, una realidad que agobia. Además la carga impositiva para un empresario radicado en la provincia de Buenos Aires es un abanico amplio de variedades.

En las últimas semanas Colón se vio muy golpeada por la crisis económica. La plaza comercial es afectada por la falta de dinero circulante. Las ventas disminuyeron en algunos rubros (perfumería, prendas de vestir) hasta un cincuenta por ciento. El comercio minorista dedicado a la venta de alimentos también acusó el golpe “se vende solamente lo necesario” contestan los propietarios. En el mercado lo más barato y “rendidor” es la carne vacuna. La tendencia de venta en aumento de este artículo en los últimos meses (se vendieron casi 150 mil kilos cada treinta días) en diciembre retrocedió.
Los comerciantes argumentan: “y menos mal que hay patacones, porque si no el movimiento sería nulo”.
Lo cierto es que el panorama es desolador. Los docentes cobran en cuentagotas, los jubilados no tienen mejor suerte, los municipales perdieron las horas extras que representa una buena masa de dinero, los privados sufren idéntico recorte, agregado a los quites de refrigerio y cobro por producción.
Los puestos de trabajo en el sector comercial e industrial se siguen perdiendo y sobrevuela la espada de damocles sobre varias fábricas ( metalúrgicas, textiles y alimentos).
El panorama en enero no es mejor. Algunas empresas líderes cerrarían en bloque por vacaciones. La producción en las textiles no puede ser ubicada y se produce un cuello de botella imposible de pasar.
El sector agropecuario no está atravesando el mejor momento. La campaña de trigo pasó desapercibida y solo existe esperanzas en la cosecha de maíz. El sector de los camioneros tiene un estado terminal. Los propietarios de los medios de transporte trabajan a pérdida y se da el caso que no pueden reponer ni los neumáticos por la falta de efectivo y crédito.
La conclusión sería que una gran aspiradora se “tragó” el dinero circulante en Colón y no hay “resto” para aguantar.
El malestar en la sociedad colo-nense es generalizado y lo peor que lo diferencia de otras de otras crisis anteriores es que la bronca se junto con la desesperanza. El colonense tampoco observa una salida a la actual situación.
El cóctel es explosivo. Las situaciones límites que atraviesan algunas familias son gravísimas. La primer red de contención es el Municipio y obligará a una impecable tarea en el uso de los fondos sociales.

  • La otra cara
  • La economía debe arrancar para paliar la actual situación. Lo contrario sería una abrupta caída en los niveles de vida de los argentinos. El tema principal sería la reforma impositiva tanta veces postergada.
    En un contexto de crisis como el actual, todos los sectores de la economía intentan definir un espacio propio de acción para mantener sus actividades y superar las dificultades. Sin embargo, se ha vuelto muy difícil conducir una empresa en un escenario inestable, en donde el Estado cambia las reglas del juego en forma permanente.
    En los últimos cinco años se han registrado cinco reformas tributarias, lo que implica nuevas normativas, nuevas prácticas impositivas, y finalmente, nuevas formas que tiene el Estado para obtener recursos del sector privado.
    La carga tributaria para un empresario o comerciante radicado en la provincia de Buenos Aires se presenta con un abanico amplio de variedades, ya sean tributos exigidos por la órbita nacional, provincial o comunal.
    Dentro del grupo de los impuestos nacionales se encuentra el Impuesto al Valor Agregado (IVA), con una alícuota del 21 por ciento. Las empresas deben pagar IVA por el criterio de lo devengado, es decir, según lo facturado, sin importar si fue cobrado o no.
    Otro tributo es Impuestos a las Ganancias, con un 35 por ciento. Se paga al sexto mes de haberse cerrado el Balance, pero el empresario debe tener en cuenta que al séptimo mes ya debe empezar a pagar las 11 cuotas de otro impuesto, Anticipos de Ganancias. Se calcula sobre las utilidades del ejercicio económico anterior. La primera cuota equivale al 25 por ciento del impuesto determinado en la Declaración Jurada del Balance anterior, en tanto que las 10 cuotas restantes tienen una alícuota de algo más del 7 por ciento.
    Si no hay ganancias, se aplica el 1 por ciento de impuesto sobre el total de los activos que figura en el balance.
    A esos impuestos, debe cancelarlos mediante cheques. Así lo dispone una resolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos. De esa manera, el Banco, como agente de retención, cobra un impuesto del 0,6 por ciento y para pagar el IVA con cheque se vuelve a pagar otro 0,6 por ciento.

  • Más impuestos
  • Otro impuesto que está vigente es el denominado Impuesto al Endeudamiento Empresario, que consiste en una alícuota del 1 por ciento sobre los intereses generados por los préstamos. El listado de impuestos nacionales se completa con los sellados y los impuestos internos que cargan las naftas, los cigarrillos y la energía.
    Además de atender esas cargas nacionales, el empresario bonaerense tiene que cumplir un cronograma de impuestos provinciales. Aparece entonces, el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, con una tasa variable de entre 1 y un 12 por ciento. En la provincia de Buenos Aires, de acuerdo con las facturaciones, el promedio que se paga es del 4 por ciento.

  • Otras hierbas
  • Se agregan luego las Patentes, calculado según el valor fiscal del vehículo, el Impuesto Inmobiliario, tanto urbano como rural; los sellados provinciales y los impuestos internos que gravan la energía.

    El empresario bonaerense también debe cumplir con tasas municipales, como Seguridad e Higiene; alumbrado, barrido y limpieza; servicios sanitarios, servicios viales.
    Si ese empresario tiene empleados debe recordar que es obligatorio pagar la seguridad social y hacer aportes patronales, en porcentaje sobre sueldos brutos. Entre otros compromisos, se debe pagar: un 6,70 por ciento por Jubilaciones; 0,90 por ciento, para un Fondo de Desempleo; CASFEC: 4.50 por ciento; Ley 19032: 0,50 por ciento; lo que da un total del 12,60 por ciento.

  • Obra sociales
  • Por otra parte, no deberán descuidarse los aportes para la ANSSAL (0,50 por ciento); y la correspondiente Obra Social (4,50 por ciento); lo que suma otro 5 por ciento de carga impositiva.
    Ambos ítem de impuestos por contar con empleados, suman una alícuota del 21 por ciento.
    Debe agregarse el costo que insume la Aseguradora de Riesgo del Trabajo; la cuota sindical, que ronda los 2,5 por ciento; el seguro que se deposita en la Caja Nacional de Ahorro; y un Fondo de Farmacia, según la actividad.
    Para quienes son socios de la empresa aparecen otros gastos: Impuesto a los Bienes Personales, aun si los bienes son productivos y se utilizan en la empresa. Si la suma de los bienes supera 100.000 pesos, se resta 102.000 se aplica el 0.5 por ciento. Si es más de 200.000 el 0.75 por ciento.
    Si los socios pertenecen al órgano conductor de la empresa (directorio en caso Sociedad Anónima) los socios deben aportar a autónomos (categoría según cantidad de empleados) de 200 pesos mensuales para arriba, aunque se estén realizado aportes a otras cajas.
    En cuanto a los negocios de facturación anual menor de 120.000 pesos, pagan un impuesto llamado Monotributo, que unifica el pago de IVA, Ganancias y Jubilación en un monto fijo mensual, según una escala por facturación y otras características que dispone la AFIP



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