21/09/2001

Económicas: Las ventas en Colón

En los comercios locales existe una profunda recesión en las ventas. Los rubros que escapan a la misma.

En los comercios de Colón existe la convicción que las ventas se han reducido entre el 20 y el 35 por ciento en el rubro de los alimentos.
El uso de patacones comienza a extenderse paulatinamente y ya es una moneda de uso corriente. Los comerciantes señalan: ¨ Es preferible vender con bonos que quedarnos con los brazos cruzados¨
En el rubro alimentos aumentó el consumo de carne bovina y porcina, bajaron las ventas de lácteos (queso, manteca, leche), vino, soda. En cuanto a fideos, yerba, azúcar el consumidor se trasladó a segundas marcas.
Por otra parte, se observa que las amas de casa son más selectivas en las compras. En los grandes comercios se concurre para adquirir ofertas y una misma persona puede ingresar a más de un negocio para comprar lo necesario para la jornada.
También se cambian los hábitos de compras. Los comercios de barrios en muchos casos se han modernizado y tienen precios similares a los grandes supermercados locales y la gente vuelve a ellos en busca de lo necesario.

  • La carne
  • Un fenómeno inusual se da en el rubro de la carne. Las 45 bocas de expendio instaladas en nuestra ciudad, venden mensualmente 138 mil kilos de carne vacuna. La clave puede estar en los precios relativos que tienen las carnes rojas con respecto a otros alimentos. Además, nadie ignora la baja en los precios que tiene el kilo vivo en el mercado argentino y que llegó hasta los 60 centavos.
    Los cálculos nos dicen que cada colonense come un promedio de 70 kilos por año. La media local es más alta que las estadísticas nacionales que indican 62 kilos por habitante y por año.
    En los barrios se venden los cortes más baratos que provienen de cuartos delanteros (puchero, aguja, bifes anchos, falda etc.). En la zona céntrica los cortes de cuarto trasero (cuadril, peceto, tapa, bola de lomo, bifes angosto). Las carnicerías barriales comienzan a comprar cortes diferenciados (solamente el cuarto delantero en vez de la media res entera).
    Por otro lado, se observa otra marcada diferencia. La zona céntrica adquiere carne de novillos livianos, novillitos y vaquillonas, mientras que en los barrios se compran novillos y vacas.

  • Porcinos y cortes
  • El mismo fenómeno se observa en el consumo de carne fresca porcina. El gasto mensual en Colón es de 13 mil kilos.
    Esta cifra nos indica una consumición de 6.5 kilos por habitante. Esta cifra marca que en nuestra ciudad se consume más del doble de carne fresca porcina que en el resto del país según señalan las estadísticas nacionales.
    El consumo de pollos es también alto en la población local, aunque el cálculo se hace más difícil por la cría particular en quintas, campos, etc, podemos señalar que el mismo estaría en 16 kilos por habitante y por año. La cifra resultante es obtenida tomando solamente la entrada de pollos faenados en frigorífico.

  • Lácteos
  • La baja preocupante se observa en las ventas de lácteos. Los distribuidores de las grandes marcas señalan una caída vertical en el consumo. En algunos barrios de la ciudad los importes en las boletas de ingreso casi son irrisorias en sus montos.
    En la zona céntrica se observa una baja en la consumición de los distintos tipos de yogurts y quesos. En el último año las ventas en este rubro bajaron casi un 30 por ciento. Estas cifras señalan un serio desfasaje en la dieta de los colonenses principalmente en el sector juvenil.
    El otro rubro en baja es la soda y los jugos de frutas concentrados. La explicación es simple. La irrupción de las gaseosas (segundas marcas) que se venden a 60 centavos, hace que el ama de casa evite un gasto extra al no comprar por separado la soda y el jugo.
    También en, fideos, yerba, azúcar, latas de tomates etc, se observa en forma generalizada un corrimiento hacia las segundas marcas. En este sentido, el consumidor relega la calidad por el precio.

  • El vino y milanesas
  • La venta de vino en damajuanas cayó estrepitosamente. Aunque es cierto que se mantienen las ventas en los tetrabrick.
    Por otra parte, los vinos finos sufrieron una caída en las ventas a igual que las bebidas blancas. Los encurtidos, como pimientos, aceitunas, berenjenas etc. sufrieron una baja ostensibles en la preferencia de los colonenses.
    Por otro lado, una industria floreciente es la venta de mila-nesas preparadas.
    Cada jornada en Colón son cientos los kilos que se venden de este artículo. El precio favorece su adquisición, pero además nos indica que las amas de casa cada vez tienen menos tiempo para preparar la comida diaria.



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