14/09/2001

Robo de bicicletas y ciclomotores

Colon Doce investigó la trama de los hurtos de ciclomotores y bicicletas. Existen levantadores y reducidores. El mercado negro de la mercadería ilegal se extiende.

moto03.jpg - 25318 Bytes El pasado jueves al cierre de nuestra edición la directora de nuestro semanario sufrió el hurto de un ciclomotor. El mismo había sido dejado a las tres de la tarde en la puerta de una casa de familia y en menos de cinco minutos desapareció del lugar.
Rápidamente fue avisada la policía local y un cronista del semanario comenzó a investigar el mercado de los ciclomotores y bicicletas hurtadas. Las conclusiones a las que llegamos debe llamar la atención a las fuerzas de seguridad.

  • Las conclusiones
  • En este momento existiría en nuestra ciudad un mercado en negro de autopartes de motos, ciclomotores, bicicletas y artículos robados, (herramientas etc).
    La semana anterior fueron víctima del accionar de los cacos el constructor Luis Rey. Los malvivientes se llevaron de la obra en construcción un martillo neumático con mecha valuado en 1400 pesos y una moladora.
    Por otra parte, en la misma noche los ladrones se apoderaron de dos angulares propiedad del albañil José Alarcón que trabajaba en calle 21 entre 44 y 45. Es evidente que los cacos no realizan este tipo de ilícitos para utilizar lo sustraído en un trabajo, si no que la mercadería es vendida a los reducidores de nuestra ciudad a precios irrisorios e incluso en el “mercado” de ciudades vecinas.

  • Bicicletas
  • En el caso de los ciclomotores y bicicletas estamos convencidos que existen los denominados “levan-tadores” que caminan la ciudad durante gran parte de la jornada y ante cualquier descuido de un propietario proceden a llevarse el vehículo .
    Los “levantadores” serían adolescentes con varias entradas en la Comisaría local e incluso se encontrarían delincuentes con prontuarios por asaltos a mano armada.
    El primer punto a tener en cuenta para erradicar esta problemática: es muy difícil que la policía que patrulla la ciudad en los móviles pueda encontrar a los “levan-tadores” con la “mano en la masa” o por el contrario es imposible y utópico tener muchos policías y poner uno en cada esquina .
    En una población como la nuestra se debe trabajar con otro tipo de metodología.

  • Cortar de raíz
  • Los encargados de buscar la seguridad de la población deben apuntar directamente a los reducidores (puede haber tres o cuatro puntos neurálgicos en la ciudad dedicados a este tema) e incluso podemos afirmar que en el mapa del delito de la fuerza policial, algunos de ellos están ubicados en la denominada “zona roja”.
    La policía debe atacar estos “talleres” o realizar un seguimiento de los mismos con inspecciones diarias o semanales. La cadena del robo y hurto de motos y bicicletas se debe “cortar” en la parte mas vulnerable. Por la exposición y tiempo que necesitan los malvivientes el punto mas fácil de vulnerar, son los que “reducen” o “utilizan” el producto del ilicito.
    En una población como la ciudad de Colon, estos puntos de venta ilegal o de reducción de la mercadería no pueden ser ignorados bajo ningún concepto por los jefes de calle de la Comisaria local.

  • Los levantadores
  • Los “levantadores” de motos, bicicletas o ciclomotores “recorren” la ciudad mañana, tarde y parte de la noche. Estudian las obras en construcción para luego entrar y robar las herramientas que dejan los albañiles en algún cuarto o galpón, también se fijan en las escuelas, hospital municipal y comercios. Una bicicleta o ciclomotor dejada en la vereda, que no tienen ningún tipo de seguridad son las preferidas.
    Una vez que logran su propósito las llevan a los “aguantaderos”. Algunas fuentes nos señalan que los reducidores les pagan unos pocos pesos por el “trabajo” y otros que pueden “compartir” las ganancias en la venta. Por otro lado, los “ levantadores” en algunas ocasiones ingresan a las viviendas que han dejado la ventana que da a la calle abierta o la puerta sin su correspondiente seguridad y pueden llevarse monederos u otros artículos menores: radiograbadores, radios etc.
    Las ultimas semanas, algunos delincuentes “asustados” por algunas detenciones que realizo la policía con malvivientes que utilizaban la metodología a mano armada o robo calificado habrían “corrido” su accionar -menos peligroso- al robo y hurto de este tipo de elementos: Pasacasette, bicicletas, ciclomotores y herramientas.
    La policía si recorre las taperas abandonadas en la periferia de la ciudad, puede encontrar algunas veces cuadros de motos. En el lugar también desarmarían o se desprenderían de los mismos.

  • Hipótesis
  • Es casi seguro que los “reducidores” ingresan la mercadería al circuito comercial en Colon. Las versiones en la calle indican que también podría existir un grupo conectado a ciudades de la región para reducir lo sustraído.
    Los contactos se extenderían a ciudades de Santa Fe y el norte bonaerense. El ejemplo que podemos brindar es la detención (hace tres meses) de una pareja en la Ruta 8 casi ingresando a Pergamino. Los malvivientes se dirigían con un remis a la vecina localidad y en el baúl se le encontró un televisor que poco antes habían robado en una vivienda de Colon. La pareja fue puesta poco después en libertad.
    Por otro lado, las versiones indican que cuando el modelo del ciclomotor es muy nuevo existiría un mercado en poblaciones santafecinas. Las versiones señalaban el año pasado que una camioneta trafic ingresaba a Colon un día a la semana para levantar el producto de origen ilicito.
    Lo notable y llamativo fue que el martes de la semana anterior, los delincuentes robaron en las obras en construcción herramientas de gran tamaño que precisamente no pudieron ser trasladado en los “hombros” de los cacos. En el apoyo de los ladrones tuvo que existir un vehículo (preferentemente tipo camioneta).

  • El cuchillo
  • El mercado negro de la mercadería de origen ilícita no tiene limites en lo geográfico. Una persona muy conocida en el ámbito de los tradicionalista pudo recuperar hace pocos días un cuchillo trabajado en plata que tenia un gran valor sentimental. El mismo había sido robado por un menor que en el presente esta internado en un Instituto de La Plata. El adolescente tiene en su haber una serie de hurtos y robos.
    La historia del “viaje” del cuchillo es muy simple. El menor cometió el delito y se apodero del elemento. Pocos días después se lo vendió a un precio ínfimo a una persona que se encontraba como parroquiano en una bar del barrio 9 de Julio y que además contaba con antecedentes policiales, este a su vez saco una pequeña ganancia colocándolo con una tercera persona que se traslado a La Pampa. La víctima hizo averiguaciones y pudo dar con el paradero de la obra de platería y viajo 800 kilómetros para finalmente recuperarlo.

  • La droga
  • La droga no esta ausente de la mayoría de los actos de hurtos y robos. Los “levantadores” y “reducidores” viven en un mundo marginal y se contactan entre ellos, intercambiando experiencias, mercaderías, ganancias y datos precisos sobre futuras víctimas.
    Lo notable que en muchos casos no roban parar comer si no para alimentar sus adicciones. El 80 por ciento de los casos de los menores y jovenes que ingresan a este mundo son adictos a la marihuana o cocaína y además algunos de ellos son utilizados como pasadores.
    En este sentido, se debe tener como objetivo “desarmar” estos grupos, si se pretende recuperar en gran parte la seguridad perdida.



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