31/08/2001

Contra la impunidad: Carta abierta de un padre

Oscar Sánchez es padre de un joven que fue brutalmente golpeado en un bar céntrico. Ahora pide justicia mediante una carta abierta.

El jueves pasado Oscar Sánchez llegó a nuestra redacción y entregó una carta para ser publicada reclamando basta de impunidad. Según su versión su hijo Patricio se encontraba hace dos fines de semana en un bar sentado en la barra. Por motivos desconocidos se produce una riña y finalmente sin tener nada que ver el joven fue golpeado en el suelo con puñetazos y patadas. A las 5 de la mañana, Sanchez fue despertado en su casa avisándole que Patricio estaba internado. Al llegar pudo comprobar mediante los médicos que tenía fractura de mandíbula, golpes en la cara y otras partes del cuerpo.
En el transcurso de la pasada semana la víctima debió ser operada de la fractura que le habían causado.
El padre del joven agredido además relató que tuvo problemas para realizar la denuncia debido a que la policía pedía en un primer momento que la realizara la víctima. Poco después, la misma se pudo hacer al presentarse la instructora judicial, Susana Gandolfo en el propio Hospital Municipal.
En la causa declararon numerosos testigos que habrían presenciado la golpiza y la mayoría –según Sánchez- habrían afirmado que la víctima, estuvo siempre ausente de cualquier enfrentamiento y fue golpeado por causas desconocidas.

  • La carta
  • La carta de Oscar Sánchez que será distribuida para que firmen otros padres dice:
    “Basta Ya!... Basta de impunidad!... Basta de violencia!"
    Sr. Intendente Municipal
    Sr Comisario de Policía
    Sres Miembros del Concejo Deliberante
    Padres en General
    Familiares de Patricio, amigos y padres nos preguntamos ¿Hasta cuando?. ¿Hasta cuando “personas” violentas podrán estar al frente de un comercio? ¿Hasta cuando a “personas” que no tienen equilibrio emocional los habilitarán para ejercer el comercio, y/o dirigir centros donde concurren jóvenes?
    ¿Hasta cuando dejaremos que nos golpeen a nuestros hijos, intervengan o no en pelea alguna?.
    Hasta ahora, claro son solo golpes, quebraduras de tabique, mandíbulas, ojos negros...
    ¿Deberemos lamentar una muerte para reaccionar?
    Golpean y patean descontrolados, sin recibir nada a cambio, dado sus físicos privilegiados, dejando exhausto al elegido, con pasaporte para el Hospital. Y, mientras los que socorren como pueden a la víctima y despiertan a los familiares con tan grata noticia, “ellos” se disponen a descansar, se entregan al “dulce sueño”, a prepararse para otra noche de horror, con toda tranquilidad como si nada hubiese ocurrido, ignorando o no, el trajín de la sala de primeros auxilios, médicos, enfermeras, radió-logos, que acuden apresurados sin derecho a un rato más en la cama de un domingo o feriado, para evaluar los daños, y el encuentro en los pasillos del nosocomio de amigos, padres, familiares, impotentes preguntándonos ¿Porqué tanta violencia? ¿Hasta cuando?. No podemos permanecer expectantes ¿A quien hoy?
    Cuando esos centros de concentración nocturna en manos de personas no preparadas para estar al frente de los mismos serán clausurados por los hechos que ocurren a menudo?.
    A la espera de respuesta.
    Firma Oscar Sánchez.

  • Otros casos
  • En las últimas semanas hubo una escalada de violencia en Colón. Una simple recorrida nos dice:
    En calle 21 entre 51 y 52 un joven de apellido Delgado es herido de bala en la cabeza sin que se justifique el ataque. Según trascendió los disparos fueron realizados de un vehículo en marcha donde se trasladaban dos o tres personas.
    Un joven de apellido Trillo, sufre graves cortaduras al golpear los vidrios de la ventana del Club Porteño en calle 47 y 16. Basilio “Poroto” Larrovere, recibe en la ventana de su casa de 15 y 54, un escopetazo, mientras se encontraba descansando con su mujer. La Pregunta es ¿Porque?.
    Tal vez las medidas a tomar sean llevar a la práctica la prohibición de venta de alcohol a menores tal cual lo expresa leyes provinciales y reclamar la represión contra el tráfico de estupefacientes.



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