23/02/2001

Editorial: " La noche colonense "

La "noche colonense" sigue en "estado de sobredosis".

El origen de la actual problemática (que debe preocupar a todos aquellos que tienen dos dedos de frente), no nació por "generación espontánea".

Los que seguimos su evolución, sabemos que es producto de un sistemático ascenso por una suave pendiente y para llegar tan alto, caminó por varios años. Los colonenses estamos cosechando el fruto de nuestra siembra y la permisividad que existió en la última década, por parte de autoridades, funcionarios, padres, comerciantes y fuerzas de seguridad.

  • Observadores
  • Por otro lado, nadie puede quedar como un "observador" de la triste realidad. La solución es involucrarnos, buscando una salida acorde a las circunstancias.

    Los minutos corren y estamos en tiempo de descuento. La realidad nos cachetea, y muestra ejemplos patéticos. Solo vasta mencionar, tres adolescentes con sobredosis, chicos de 13 años vagando en estado de ebriedad por las calles céntricas, disparos de armas en lugares de expansión nocturna y el desborde generalizado de peleas y trifulcas siempre con lesionados.

  • El consenso
    Un concejal oficialista al reflexionar sobre los tristes incidentes, señaló: " debemos consensuar la solución". Señor político, el Estado (que también es usted), no puede "ponerse de acuerdo" con los que venden estupefacientes o alcohol a chicos de 12 años y además no respetan las mínimas normas de protección al menor o la convivencia pública.

    El Estado moderno no puede consensuar sobre las normas y ordenanzas creadas por ustedes mismos, en representación nuestra. La solución a los tristes momentos que vivimos, pasa por la aplicación de las leyes y ordenanzas municipales.

    No esperemos una muerte, para que nuevamente escuchar a los "jarabes de pico" sobre las posibles soluciones y los consensos a conseguir. La realidad no es el espejo donde este concejal práctica sus discursos.
    Por último, la situación actual, (según nuestra estimación) no llegó a su punto más grave todavía, podemos encontrarnos con una "bofetada mayor" y que nos costará muchas lágrimas. Basta de palabras ¡Soluciones!




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