03/11/2000
Los testigos mudos

En la serie de notas realizadas abordamos distintas investigaciones policiales. En está nueva serie trataremos de esclarecer algunos aspectos básicos que tienen los sabuesos de las fuerzas de seguridad para descubrir a los delincuentes.
Un buen sabueso policial es aquel que mejor hace hablar al "testigo mudo". De esta forma se denomina a la serie de pistas, rastros que quedan en la "escena del crimen".

En los últimos tiempos la mayoría de los casos policiales emblemáticos (José Luis Cabezas, María Soledad, Nair Mustafa y tantos otros) tuvieron una falla -a sabiendas o no- que perturbo el normal desenvolvimiento de la investigación y fue la de PRESERVAR LA ESCENA DEL CRIMEN.
Además el avance de la ciencia hará que muy pronto se pueda determinar la identidad de una persona por medio de ADN en las "gotas" de salivas (microscópicas) que deja una persona al hablar y que quedan impregnadas en diversos objetos, como puede ser un teléfono.
En el presente la perspicacia de los sabuesos puede suplir la tecnología y comenzar a realizar una "fotografía" del delincuente.

Las pisadas dejadas por el asesino o el ladrón son importante para determinar peso, estatura etc. El ser humano no es un robot al caminar. Cada individuo tiene una dinámica en su andar que puede llevar a un sospechoso. La línea de marcha puede ser recta o quebrada según la modalidad al caminar y la línea de sustentación (como mantiene el equilibrio) y se puede llegar a establecer uniendo por el talón de las pisadas dejada, si es una persona anciana, embarazada, ebria, herida, renga etc.
La longitud del paso ordinario oscila alrededor de los 70 cm, sobrepasando el metro si va a la carrera. Las variantes se pueden clasificar según el sexo, la edad, estatura, defectos físicos etc. El andar cauteloso muestran pies paralelos en el "paseante" las líneas están hacia fuera. En la persona coja la pierna normal da pasos más largos con respecto a la enferma. Por otra parte las tablas de longitud de la huella con la estatura debe aceptarse con prudencia.

En un homicidio para los peritos y médicos policiales el cadáver habla. La temperatura decrece en forma progresiva, e iguala a la media ambiental, aproximadamente a las 24 horas de producido el fallecimiento. El cuerpo se enfría desde la periferia al centro. Las vísceras conservan el calor por muchas horas.
El enfriamiento se inicia en manos, pies, cara y se extiende a las porciones restantes. El enfriamiento al tacto es completo a las 12 horas de muerto. Existe una formula para establecer las horas de muerto que dice que la temperatura ambiente menos la temperatura rectal del cadáver dividido 1.50 da el dato de las horas exactas.

Cada arma al dispararse deja en el proyectil usado su marca. Esto tiene su explicación. En la fabricación, por el mecanismo de disparo, el caño de la misma, es pasado en su interior por una especie de uña que deja su "huella digital". En forma posterior ese caño es cortado. Cada arma recibe una porción. Por este procedimiento, existen armas que dejan huellas similares pero no iguales y sirven muchas veces para realizar falsos peritajes como ha sucedido.

Por otro lado un buen peritaje puede determinar si el disparo fue a distancia cero (boca de jarro) a 1 metro (quemarropa), a corta o media distancia.
En este sentido el daño es proporcional. Cabe destacar que los profesionales prefieren calibres pequeños. Puede ser una pistola o revolver 22. Este arma es práctica, no tiene un gran sonido al dispararse (ideal para atentado callejeros) y causa un daño demoledor, sin un gran orificio de entrada. Los servicios de inteligencia israelíes las prefieren para trabajar en la calle y son mortíferos al usarlas.

Los peritos son fundamentales en el lugar del homicidio, existe un dicho que dice " cada minuto que tarda el perito en llegar al lugar del crimen corresponde a un kilómetro que se aleja la verdad". Las primeras horas son fundamentales, se buscan huellas, se anota los datos de temperatura, humedad, se indica los caminos o senderos existentes para llegar. Se sacan muestras de tierra y de la flora, se busca rastros en las ropas o vehículos usados por el victimario.
Se inspecciona puertas y ventanas se levantan huellas digitales. Se rastrea por claraboyas, ventiletes y balcones o cualquier vía que permita el acceso a la vivienda. Se saca fotografía del cadáver y pisos, paredes, techos, se recorre la habitación o el lugar siguiendo el sentido de las agujas del reloj.
Es importante determinar si se trata del lugar donde se realizó el homicidio o se arrojó el cuerpo.



Volver a Semanario Colon Doce