27/10/2000
Barrio Mirador del Lago

El periodista habitante del barrio Mirador del Lago, denuncia temor en vecinos por el accionar de una patota de inadaptados.
En los últimos tiempos lo que sucede en barrio Mirador del Lago parece sacado de una novela de terror. Sus habitantes vivían en un lugar pacifico y familiar. La actualidad nos muestra un conglomerado habitacional que cada día se asemeja más aún campo de batalla. Las grescas se repiten cada noche, y por lo general los protagonistas son menores - según argumentan los vecinos- en evidente estado de ebriedad o algo más grave.
El saldo de los golpes siempre termina con personas lesionadas.
Según la investigación que realizaron varias personas, uno de los departamentos sería ocupado por un número cercano a las veinte personas(adultos, adolescentes, niños y un bebe de meses). En el lugar se han producido peleas a altas horas de la madrugada que alteran la tranquilidad, transmitiendo un lógico temor en los vecinos.
Este es un aspecto de la problemática. También los habitantes del sector se quejan -y con razón- del aumento de hechos delictivos. Solo basta recordar que aumentó el hurto de ciclomotores, tubos y garrafas de gas, bicicletas, ropas de los tendederos y hasta un vehículo marca Renault 12.
Los vecinos señalan que la policía local está en conocimiento de los hechos. Se debe rescatar que con frecuencia se hace presente pero no logra su cometido de llevar tranquilidad al barrio.

En la madrugada del domingo 22 -dicen los testigos- tuvo lugar una descomunal gresca. La impresión era que los protagonistas estaban borrachos o algo más grave- Los vecinos requirieron la ayuda policial. Poco después llegaron tres patrulleros.
Rápidamente cinco uniformados se dirigieron al lugar donde se suscitaba la pelea. Una mujer insultó a los policías -incluso les habría dicho que era adicta -. Los policías ante el cariz que tomaban los acontecimientos regresaron al patrullero sin poder hacer nada.

Hace pocas noches, en el barrio se escucharon en forma nítida cuatro disparos de armas de fuego. Una vecina llamó a la comisaria y el funcionario que atendió señaló que los patrulleros no eran suficientes, debido a que este tipo de situaciones sucedían en distintos lugares de la ciudad.
Es cierto que las leyes no protegen el accionar policial, en especial si los delincuentes son menores como suponemos es este caso. Pero lo que preocupa a los vecinos es saber que la patota va en aumento y la justicia mediante las leyes no puede solucionar la grave problemática.
El panorama se agrava. Existirían moradores que adquirieron un arma de fuego para defenderse de los posibles ataques de los que son amenazados continuamente. Es un extremo al que se llega por falta de procedimientos concretos de la justicia.
Los propios vecinos señalan que si estos episodios no son controlados muy pronto tendremos en nuestra ciudad otro fuerte apache.



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