15/09/2000
Historias sueltas: "Calle 48 con los pelos de punta."

En los últimos días hubo varios hurtos en comercios y casas de calle 48. En este sentido, en un local de 48 y 21, la encargada había dejado una cartera con 500 pesos en efectivo, debajo de un pequeño mostrador ubicado casi a la entrada del local.
Seguramente alguna persona que estaba en el interior del negocio se dio cuenta y "manoteo"la misma desapareciendo del lugar con el botin.

Pero esto no es todo. La paciencia llega a un límite y parece que es lo que está sucediendo.
Pocos días después entraron al comercio un grupo de alumnos pertenecientes a una Escuela de nuestra ciudad. Los jóvenes comenzaron a revisar la mercadería y uno de ellos se puso una calculadora cientifica entre sus ropas. La encargada se dio cuenta que le faltaba el artículo y a riesgo de una agresión física, cerró la puerta con llaves y les señaló a los adolescentes que nadie saldría si no entregaban el valioso elemento.
El grupo dialogó tras los escaparates y devolvieron la calculadora. Por la noche regresaron al lugar para pedir disculpa y señalar el apellido del responsable de la acción.
Lo cierto es que este hecho no es aislado y la modalidad está sucediendo con mucha frecuencia. En algunas ocasiones son descubiertas y en otras pasan desapercibidas.

Por otro lado, un comercio dedicada a la venta de alimentos, situado en calle 20 casi 48, sufrió el hurto de una importante suma de dinero que tenía en la caja registradoras.
El ilicito fue cometido por un menor que salió a la carrera del lugar huyendo con el botin que apretaba entre sus manos casi con desesperación. La propietaria lo siguió y pudo reconocer el autor del hurto.

Poco después, ubicó el lugar en que se domiciliaba y se presentó para dialogar con el padre del menor, que lejos de brindar algún tipo de explicación o reprender a su hijo sobre el proceder incorrecto guardo silencio.
Poco después y ante la sorpresa de la comerciante la madre del menor trajó al comercio los 90 pesos que poco antes habían sustraído.
Pero esto no es todo. Hace poco tiempo, en un escuela, los alumnos "reventaron"el kiosco llevándose varias golosinas. Lo que llama la atención es que para algunos mayores solo se trato de una pequeña "travesura"y no hubo penas escolares para los alumnos que actuaron (la mayoria de clase media pudiente).

Pero esto no es todo. A una familia que vive en calle 48 entre 20 y 21, le robaron dos garrafas. Lo insolito sería el proceder de los ladrones que debieron entrar al lugar seguramente por los techos de la casa.
Por último tenemos información de un notorio incremento de la modalidad "mecherismo"en comercios centricos. Los comerciantes señalan que "no dan más".
Por último, una mujer que se domicilia en 18 entre 49 y 48, dedicacada a cobranzas y ventas de comésticos, dejó en las primeras horas de la noche del sábado su bicicleta y entró a saludar a una amiga.
Tardo muy poco, apenas minutos, cuando salió se dio cuenta que le habían hurtado un portafolios con documentación que había dejado en el canasto del rodado.

Cabe destacar que en las últimas semanas se dieron por lo menos dos casos de arrebatos callejeros de carteras o bolsos. Los "tacantes"son jóvenes y recorren la ciudad en grupos de dos o tres personas. Las victimas elegidas son mujeres mayores que se trasladan en bicicletas o ciclomotores.
El robo o hurto menor que padecen en la zona céntrica se extiende en los barrios. En las 150 viviendas algunos vecinos habrían recibido la visita de los "amigos de los ajeno" hasta dos veces. El hurto son siempre garrafas, ropa o calzado.
En cuanto a las garrafa "cae de maduro"que los ladrones no están utilizando para "consumo propio" este elemento.
Esta claro que debe existir un "lugar"para reducir la mercadería y que entre "legalmente"al circuito comercial y como dicen los economistas "retroalimentando" el sistema.



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