28/07/2000
Editorial: Arma mortal.

Era el día del amigo.
Ni su familia ni sus amigos imaginaron que esa noche Natalia? no volvería a casa. Un asesino al volante se iba a llevar su vida por delante. Iba conduciendo a una velocidad más alta que la permitida (solo basta con ver el estado en que quedaron los vehículos) y según la afirmación de algunos testigos el conductor habría ingerido alcohol.
Esto no se va a poder comprobar ya que el brillante accionar policial permitió que esta persona que conducía la camioneta se fuera del lugar "como si nada hubiese pasado", sin hacerle ningún control de alcoholemia.
Otra vez un adolescente muerto en un accidente de tránsito en Colón. Y van ... La lista es numerosa. Son muchas las familias que perdieron un ser querido.
Alguien me dijo ¿Cómo puede ser que en una ciudad tan pequeña mueran tantas personas en accidentes de tránsito?
La respuesta es sencilla: los colonenses no respetamos la luz roja, se escuchan "picadas" constantemente en las calles de la ciudad, los ciclistas conducen según su propia ley, no se respeta al peatón, se bebe alcohol y después se conduce. ¿No son razones más que suficientes para producir un cocktail mortal?
Somos especialistas en trasgredir las normas. Nadie cumple y nadie hace cumplir con firmeza las leyes de tránsito.

La Dirección de Transito local
Los controles realizados por la Dirección de Tránsito de colón son casi inexistentes. Esta entidad, encargada de hacer cumplir las normas vigentes, carece de un programa de políticas a implementar.
En este sentido no existe un plan de educación vial sistemático ni campañs que apunten a un mayor grado de concientización de la población.
Así, de un lado de la calzada tenemos a una repartición cuyas medidas están diseñadas superficialmente, sin llegar a la esencia del problema.
Del otro lado de la vereda tenemos a gente como usted o como yo que circula por las calles de Colón y que no tiene formada una conciencia vial.
Creemos que en la calle "hacemos lo que queremos". Y esto se ve diariamente en la conducta de las personas al volante o los peatones.
Es imperioso lograr que ambas posturas se articulen y circulen por la vereda de la educación y el respeto por nuestra vida y la de los demás.
La Dirección de Tránsito debe establecer de una vez por todas una política vial correcta, porque de esta decisión se desprende la diferencia que ha de producirse en las calles colonenses entre la vida y la muerte.



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