26/05/2000
El día después: Habla Mario Acosta.

Antes del lunes 15 de mayo, Mario Acosta era un colonense más.
Esa jornada marca una bisagra en su vida.
Los golpes recibidos dejaron algo más que una perforación de timpano con pérdida de la audición.
Ahora, como cualquier ser humano tiene miedo.
Además, su esposa cayó en una aguda depresión y sus pequeños hijos, fabrican con sus compañeritos cuentos sobre "malos policias".

Un cronista de Colón Doce, habló con Acosta y nos relató las condiciones en que quedo luego de los apremios ilegales: "después de esa noche tengo una gran sensación de inseguridad , pienso que ahora existe efervencencia con este tema, pero siento temor a que las cosas se olviden y quede sin ningún tipo de protección".
Agrega "fisicamente me quedo una disminución de la audición notable y una sensibilidad muy grande a cierto tipo de ruidos.
Además cuando quedó en silencio, es como si tuviera un ruido semejante a un motor en el interior de la cabeza.
Los médicos me señalaron que el timpano es una membrana muy delicada y la perforación en la membrana se puede curar con los remedios que estoy tomando o ser definitiva".

El hombre que se animó a denunciar a la policia, nos relata como se sucedieron los acontecimientos "el grueso todo el mundo lo sabe, pero quiero aclarar que a mi me golpearon cobardemente antes de subir al patrullero.
En ese momento recibí el golpe en la oreja y quede aturdido, luego me subieron al patrullero, estaba medio desmayado y al no poder defenderme recibí varios golpes más en la cabeza y cara".
Le preguntamos si va a iniciar una demanda contra la fuerza de seguridad y argumenta " luego de concluir con todos los estudios, realizaré una consulta con mis abogadas.
Mis intenciones son inciciar una demanda contra la institución o contra quien corresponda".
Mario Acosta relata sus broncas diciendo "Luego de estos lamentables sucesos, la sensación que me queda es que las personas que no somos delincuentes ni policias, tenemos que cuidarnos de las dos puntas y esa es una sensación muy fea para el que trabaja, tiene un ingreso honesto y lleva una vida normal".
Agrega: " Una catitud de un mal policia perjudicó a varias personas.
Mi esposa quedó sicologicamente destruída y tuvo un pico de depresión muy intenso.
Personalmente la bronca es que no fui a buscar problemas a ningún lado, solamente iba caminando del trabajo a mi casa y de repente me toca vivir toda esta situación, si hasta mis hijos cambiaron luego de ese lunes, ahora -a pesar que no le hablamos del tema- le tienen temor a la policia.
Los compañeritos de la escuela le preguntan cosas y le dicen otras.
En estos momentos hasta juegan a combatir a los malos policias".

Por último, Acosta argumenta "siempre señalé que la institución policial no es mala y siempre la defendí porque son parte del sistema, pero también digo que a los malos policias se los debe apartar, porque de lo contrario manchan a todo el cuerpo policial.
En Colón la mayoría de los policias son buenos profesionales, mi problema es con aquellos que me golpearon y no con toda la institución ".



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