19/05/2000
La vida despúés de los setenta: Alberto Aiello, 81 años.

. Todos las mañana realiza los trámites bancarios "es una forma de no aburrirme y de ganar unos pesos" recalca.
Alberto Aiello, nos recibe en su departamento de 48 y 20,
Nos cuenta que nació en El Socorro un 13 de febrero de l919.
Su padre era de origen italiano " de la ciudad de Cocenza en la baja Sicilia" y agrega "siempre soñe volver a la tierra de mis origenes, las hiperinflaciones me comieron algunos ahorros y ahora creo que no tengo edad para viajar y más estando solo".

En la panadería de la familia vivió sus primeros años "la localidad era chica y la vida era muy simple, se hacia deportes y nos reuníamos a las tardecitas con la barra de amigos en un bar, que luego se vendió y fue la sede del club Atlético El Socorro".
Don Alberto nos dice "mis padres me hicieron estudiar en Pergamino y a los 18 años estando en cuarto año les dije que quería trabajar.
Mi "viejo" me preguntó "en que" y le contesté en la panadería.
Es un oficio con mucho sascrificio, el lunes comenzabamos a amasar el pan a la una de la mañana y los demás días a las dos.
Allí estuve hasta los 27 años, que partí a está querida ciudad".

Nuestro reporteado recuerda la fecha exacta de su radicación en Colón "fue el 18 de mayo de l946.
La primer vivienda estaba en el barrio Barracas, en calle 23 entre 46 y 47, por esa época el lugar no estaba tan poblado".
Agrega "era vendedor del frigorífico Swift de Rosario.
Recorría la ciudad a pié, desde barrio Belgrano hasta la el comercio de Montagna, en inmediaciones del club Circulo Italiano, ofrecía la línea de enlatados y los fiambres que eran muy buenos.
Trabaje en esa función hasta 1961, en que me retire para trabajar en un proyecto de la familia Tesadro"

En pasajes del reportaje recuerda con lágrimas en los ojos a su esposa Irma: "la conocí en un baile en la localidad de Peyrano, fue mi gran ladera y compañera".
También se enorgullece de sus hijos, Jorge Alberto y Guillermo, ambos contadores "con mi esposa que era modista, hicimos un gran sacrificio para que puedan estudiar, pero será una de las pocas cosas que les podré dejar: un estudio".
Nos recuerda "En mi vida hice mucho deportes, básquet, fútbol, pelota a paleta y tenis, no sobresalí en ninguno pero tenía tenacidad.
En Colón, soy hincha de Barracas, porque en ese club jugaron mis hijos".

En la actualidad, Don Aiello sigue trabajando, argumenta "me siento bien porque no me aburro.
Si Irma viviera, tal vez no lo haría.
Para mí , en estos momentos es un entretenimiento y además me gano unos pesos".
Agrega "todas las mañana me levantó a las siete y me voy para la estación de servicio.
En el lugar preparó los papeles y espero a Miguel Solano que me indica los trámites que se deben realizar en la parte bancaria, termino a las 13 y de allí me vengo al departamento".

También, Don Roberto, recuerda: "con mi amigo, "Lito" Bonello, fuímos los promotores para que se construya la primer cancha cerrada de básquet de la región.
Ahora -a veces- voy hasta Circulo Italiano a observar algún partido, aunque no soy de ir mucho a los clubes, por lo menos en esta etapa de mi vida".
Por último nos dice "estoy muy contento de haber venido a esta ciudad, me recibieron muy bién y siempre me reconocieron lo que trabaje.
Recuerdo la gente del Centenario que me brindaron su homenaje a igual que en el club Circulo Italiano".



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