20/02/2000
Casi veinte años de un enigma.
¿ Quién mato al estanciero Jackelin?


El pergaminense apareció muerto frente al establecimiento conocido como Morgan. Una persona solitaria lo apuñaló. En su momento los investigadores pensaron que se trataba de alguien conocido. La policía realizo la pesquisa, hubo varias hipótesis pero ninguna se comprobó. El homicidio quedó impune. Es uno de los grandes misterios de nuestra región.

Alberto Jackelin era el jefe de familia de una tradicional familia de Pergamino. A principios de la década del ochenta fue asesinado de una puñalada que ingresó bajo el brazo izquierdo y le perforó el corazón. El cádaver fue encontrado por un empleado de Morgan que se trasladaba en una Chevrolet roja modelo 64 y que en el presente todavía trabaja en el lugar y se domicilia en la localidad de El Arbolito. Ese día casi al atardecer el hombre se retiró de su trabajo y como la hacia habitualmente tomó un viejo camino de tierra para acortar la distancia del regreso. Apenas a cincuenta metros de la Ruta 8 y entre medios de un pajonal alcanzó a ver el cuerpo de Jackquelin. Rápidamente dió aviso a la policia que se hizo presente en el lugar.

En ese entonces al frente de la policía local se hallaba el comisario José Rodriguez y la investigación estuvo a cargo de los oficiales principales, Vicente Vega y Néstor Campi. Los uniformados llevaron adelante varias hipótesis pero la pesquisa fue desordenada e incluso la familia terminó enfrentada a la cúpula policial local por el rumbo investigativo que había tomado el caso. Testigos de aquel entonces que fueron consultados hablan de una dura discusión entre un hijo del estanciero y un oficial que participaba en la investigación. Lo cierto es que el caso se fue diluyendo hasta quedar impune. Casi veinte años después revivimos aquellos momentos.

  • El último día.

    El estanciero Alberto Jacquelin salió de su casa y se dirigió en una Ford Ranchera color rojo a una cooperativa de Pergamino. En el lugar compró un centenar de varillas para arreglar el alambrado de un campo de su propiedad ubicado en Pinzón. Averiguaciones realizadas por este cronista señalan que el pergaminense tenía dos propiedades: la de Pinzón y una segunda ubicada en cercanías de la Estación de Servicio "La Aurora". (este dato es importante en el homicidio).

    Jackelin luego de comprar las varillas, cargó nafta en la estación de servicio ubicada en Colón y Ruta 8 de la vecina ciudad. Los empleados del lugar dijeron que cuando se retiró en la camioneta, lo hizo ningún tipo de compañia. El siguiente paso - los investigadores asi lo suponen- fue dirigirse hacia el establecimiento rural de Pinzon. Un puestero que conocía al estanciero lo observó por última vez con vida. El testigo que se trasladaba a caballo y que estaba situado en la curva conocida como de "Galves" (lugar donde se accidentó el corredor) y que para una mejor ubicación del lector, es la segunda desde el Aeroclub de la vecina ciudad viniendo hacia Colón, relató que se apeo del caballo para cerrar la tranquera y que al darse vuelta, aunque le molestaba el sol, vió pasar al estanciero en la Ford ranchera roja, con la carga de varillas y acompañado por un hombre que tenía el brazo izquierdo comodamente puesto sobre el respaldar del asiento y parecía ir conversando. A pesar de haberlo conocido el estanciero no saludó al testigo.

    El segundo ocupante del vehículo que describe el puestero debió subir en el corto trayecto entre la Estación de Servicio y la tranquera donde estaba ubicado. La hipótesis policial es que debía ser un hombre conocido de Jakquelin de lo contrario no lo hubiese levantado en el camino. Luego se pierde la pista, hasta que el cuerpo es hallado en lo que en el presente es la tranquera del establecimiento "Talisman Viejo", habían pasado varias horas de su muerte y las hormigas habían comenzado a destruir parte de la piel de sus dedos.

    La pregunta es ¿Porque el estanciero cambió de destino viniendo hacia Colón y no a Pinzon? Es una incógnita. Los investigadores pensaron que se dirigió a su campo en cercanías de la Aurora. El motivo de la decisión todavía no pudo ser develado.

  • La pesquisa.

    Los investigadores comenzaron a desarrollar varias hipótesis. El asesino se bajó de la camioneta Ranchera, se dirigió a la ventanilla del conductor y mientras este permanecía sentado le asestó la puñalada bajo el brazo izquierdo. El arma utilizada por el homicida se supone que fue un cuchillo propiedad de Jackelin y que siempre llevaba en la bandeja delante del parabrisas. El pequeño cuchillo nunca apareció. También se piensa que el estanciero se dio cuenta que iba a ser agredido y eso lo demostraría un pequeño corte en una de sus manos.

    El asesino sacó el cuerpo de la camioneta y lo arrojó a la vera del camino de tierra, luego al mandó de la Ranchera tomó el mismo trazado casi en desuso, bordeó la vía y se dirigió por camino rurales hacia la Ruta que une Pergamino con Rosario. La camioneta apareció dos días después en la población de Sargento Cabral ubicada geograficamente en cercanías de la localidad de Maria Teresa. Las varillas compradas por Jackelin, la mañana del crimen nunca aparecieron.

  • Las hipótesis.

    Los investigadores descartaron desde el primer momento el móvil del robo. Sabemos que en la primera etapa de la investigación hubo un detenido que todavía vive en Colón. Este hombre cuyo padre tuvo un campo en la zona de La Aurora, fue interrogado por varias horas pero negó toda participación. La duda policial quedó planteada con un hermano residente en la Capital Federal y que por esos días había viajado a nuestra ciudad. Este hombre jamaz fue interrogado. Según se señalaba, el motivo del crimen pudo deberse a un viejo resintimiento por la venta del campo de "La Aurora" a Jackelin, algo que para estos hermanos fue un mal negocio de su padre.

    También los familiares del estanciero aportaron un dato. Según algunos testigos el día del crimen dos hombres con la camisa manchada de sangre fueron vistos pasando la localidad de Hughes "haciendo dedo" hacia Venado Tuerto. Esta pista no fue profundizada y quedó en la nada. Por último, se habló como probable asesino a un puestero "despechado" por el esquivo amor de una mujer, pero tampoco esta hipótesis pudo comprobarse. También se investigó a unos "cazadores"que habían entrado al campo del pergaminense y este le mató a tiros a todos los galgos.

    Tal vez de todas las línea investigativa fue la más burda y menos probable.

    Lo cierto es que por posibles fallas en la investigación el homicidio quedo impune y en el presente es uno de los grandes enigmas de la región.



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